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or qué y por cuanto tiempo herrar un caballo? ¿Cuáles son los pasos de un herraje normal? ¿Y de un herraje correctivo? El pie del equino es un importante componente anatómico de su cuerpo, está conformado por una serie de elementos como huesos, cartílagos, vasos sanguíneos, nervios, almohadilla plantar, etc. y cubiertos o envueltos por una estructura envolvente llamada casco, vaso o uña. A pesar de brindar una apariencia inerte, está profusamente irrigado e inervado, por lo tanto, es esencial su adecuado mantenimiento y vigilancia.
El casco o uña, representa la capa córnea, no solo tiene la función de proteger a las diferentes partes anatómicas, sino que además actúa amortiguando las diferentes presiones a las que se ve sometido el pie. El ambiente, en el cual el caballo desarrolla su actividad normal (deporte, trabajo o crecimiento), juega un importante papel en la salud del pie, ya que la superficie del suelo puede someterlo a diferentes contusiones, fracturas, desgastes, etc.
El casco es una estructura con un crecimiento constante, calculado en 1 centímetro por mes y lo hace desde el rodete coronario (zona donde comienzan a crecer los pelos) hacia el suelo, o sea desde la parte superior a la inferior.
Si el caballo no está herrado puede establecerse una situación de equilibrio natural, entre el crecimiento del casco y su desgaste y si esto ocurre, se nota que la estructura física de la uña no ve modificada su conformación. En cambio, pueden ocurrir otros dos fenómenos diferentes en la relación desgaste y crecimiento:
Se recomienda realizarlo en aquellos animales que están sometidos a un intenso trabajo o en el deporte donde comúnmente se produce un gran desgaste del casco, porque son muy utilizados. En estos casos y con el objetivo de proteger su continuo deterioro se recomienda realizar un herraje normal.
Este tipo de herraje se aconseja en caballos que presentan: una conformación anormal del pie, en aquellos cascos desproporcionados, defectuosos o en animales que demuestran trastornos al andar.
Es variable, el casco del animal herrado tiene un crecimiento normal y eso provoca modificaciones en la estructura física normal, en sus ángulos falangeanos normales y en la alineación normal que tenía el pie con su cuerpo. Al crecer el casco herrado se produce un desbalance entre la uña que crece y las estructuras anatómicas que permanecen en su interior, y el pie comienza a apoyar irregularmente. Su funcionalidad demanda en recorte de la parte crecida y colocar una nueva herradura, la frecuencia del cambio suele efectuarse cada 30 ó 45 días. Además, luego de ese período el herraje puede aflojarse o los clavos no sujetan correctamente.
Los pasos dependerán si el herraje se realiza en frío o en caliente. En este último caso la herradura puede modificarse con el uso del calor.
1) Examen en reposo y en movimiento: El examen del pie debe ser el primer paso de herrado, se observarán los aplomos, la conformación del casco y cualquier otra alteración que pueda ser de consideración. Debe iniciarse con el animal en reposo y luego evaluarlo en movimiento (ida y vuelta). La observación debe realizarse desde:
El objetivo será apreciar las alteraciones en la conformación del pie y los defectos del movimiento. Esta evaluación es conveniente realizarla sobre un piso duro o firme, se analizarán las diferentes posiciones que adopta el pie al realizar el paso y al pisar nuevamente. Si este examen se lleva a cabo sobre un piso blando o sobre el pasto, no se podrán observar ciertos defectos.
Se buscará determinar si el desgaste es parejo en ambos lados de la herradura o en el casco (si el animal está descalzo). Hay defectos de aplomo que producen un roce desparejo del pie, y éste al ser observado no demuestra una paridad de su contorno.
2) Desherrado: utilizando el corta remaches y el martillo se cortan los remaches de los clavos. Se levanta el talón interno y el externo utilizando la tenaza, luego se golpea la herradura para restituirla a su posición original (junto a la suela), de esa forma aparecerán las cabezas de los clavos que serán retirados y luego se examina el pie sin la herradura.
3) Preparación del pie: con la cuchilla de desvasar y el martillo u otro elemento, se rebaja o desvasa el casco crecido, tratando de restituir el aplomo normal en caso de existir partes sobrantes se eliminarán. Finaliza esta preparación con un limado.
4) Elección y preparación de la herradura: se elegirá la herradura ideal, debe ser de un tamaño adecuado para ese animal.
5) Si se efectúa un herraje “en frío” seleccionada la herradura, se colocará. La herradura no puede ser modificada porque está elaborada previamente.
6) En el caso de realizar un herraje “en caliente”, se prepara la herradura con el calor que brinda la fragua y se apoya por unos segundos en la suela y se la retira. Se realizan las correcciones necesarias en el casco y herradura.
7) Clavado de la herradura: se coloca la herradura, se clava, se doblan las puntas de los clavos que sobresalen de la muralla y luego se cortan esas partes.
8) Terminación del herrado: se regulariza mediante el uso de la lima, desde el borde de la muralla hasta la altura de los remaches.
¿Cómo saber que el herraje está correcto? Una vez terminado el trabajo se efectúa la inspección final, con el caballo en reposo y en movimiento.
¿Qué debo observar en el casco recién herrado? Visto el animal de frente el casco debe ser simétrico en ambos costados. De perfil, veremos el espesor que mantienen las pinzas y talones, controlando el ángulo de las falanges con respecto al piso. Desde atrás, buscaremos que se mantenga una buena proporción de la uña desde el lado externo e interno.
¿Qué debo observar en la herradura? Se controlará que esté firme, bien colocada y clavada, de manera que no sobresalga ninguno de ellos para evitar la posibilidad de realizar un daño al otro miembro.
Revista Veterinaria Argentina
