esde que la empresa agroexportadora Vicentin entró en default en diciembre de 2019 y atraviesa problemas financieros, sus movimientos son objeto de atención constante.
Comandada por Gustavo Nardelli y Alberto Padoan, la empresa declaró el default en diciembre 2019 y lo sorprendente fue que su principal acreedor era el Banco Nación, a quien le debía más de $18.300 millones.
A raíz de los problemas económicos que estaban atravesando, el 11 de febrero de 2020, luego de no poder realizar acuerdos extrajudiciales con sus acreedores, Vicentin, una de las más importantes agroexportadoras de la Argentina, solicitó a la justicia santafesina ingresar en un concurso preventivo, que fue aceptado el 6 de marzo.
El juez fijó el 11 de marzo como fecha de audiencia de sorteo de la sindicatura; el 9 de junio como límite para la verificación de créditos; y ordenó la inhibición general de bienes de la agroexportadora, como lo establece la Ley de Quiebras y Concursos (LQC).
No obstante, el presidente Alberto Fernández anunció en que la agropecuaria Vicentín "será declarada de utilidad pública" al explicar que será intervenida y que elevará un proyecto de ley al Congreso para expropiarla.
En el marco de la conflictiva situación las autoridades de la empresa comenzaron a ser investigadas debido a que la firma fue una de las más beneficiadas por el Gobierno de Mauricio Macri.
Durante la gestión de Cambiemos muchas empresas estaban disconformes con los mecanismos de acceso a créditos ya que eran inaccesibles por las altas tasas. No obstante, Vicentin mantuvo abierta una línea de prefinanciación de exportaciones por hasta u$s300 millones. Es por eso que se empezó a acusar que la empresa pudo recibir un respaldo mayor al de sus competidoras por los lazos políticos que entabló con el Gobierno de Macri.
A raíz de las acusaciones, el fiscal Gerardo Pollicita imputó a Javier González Fraga, presidente del Banco Nación durante la última parte de la gestión Cambiemos, y a los referentes de la empresa Alberto Padoán y Gustavo Nardelli.
La reconocida firma agroindustrial Vicentin, con 90 años de trayectoria ininterrumpida, nació en 1929 como un pequeño comercio de acopio y ramos generales en Avellaneda, localidad que se encuentra al norte de la provincia de Santa Fe. La empresa se empezó a destacar en el rubro cuando puso en marcha su primera planta desmotadora de algodón y fábrica de aceite resultante de la molienda de semillas de algodón, lino y maní.
La compañía siguió creciendo y en 1966 alcanzó una dimensión industrial relevante cuando renovaron su maquinaria e incorporaron estructuras que permitieron que los niveles de producción se incrementaran considerablemente y que la compañía se insertara definitivamente en el sector agroindustrial del país al incorporar la soja en sus negocios.
La exportadora de granos y de carne vacuna se terminó de consolidar en 1979 con la inauguración de una segunda planta en sur de Santa Fe. En 1997, cuando la empresa ya estaba posicionada en el mercado, abrió una tercer planta de molienda de soja en el mismo complejo portuario.
Vicentin quiso ampliar su producción y en el 2000 se involucró en el rubro textil, construyendo una nueva planta dedicada a la hilandería y tejeduría con importantes volúmenes de producción. La empresa no se conformó con lo textil, años más tarde se incorporó al grupo el complejo frigorífico Friar y se involucró en el rubro cárnico exportador.
En 2007 la empresa siguió creciendo; en ese momento se involucró en el sector de biocombustible y comenzó a trabajar con la multinacional Glencore. De esa manera, Vicentin se convirtió en la primer empresa del país exportadora de biodiesel.
También creó la planta Renova, destinada a la producción a escala de biodiesel, destacándose como la más grande de América del Sur.
Vicentin continuó expandiéndose e incursionó en nuevos rubros como confección textil, agroquímicos, vinos, miel e insumos farmacéuticos. Compró la empresa de algodones “Estrella” e inauguró una nueva planta textil. Además, en 2016, invirtió en la línea de productos frescos (postres, yogures y flanes) de la malograda Sancor.
La compañía no dejó de expandirse en diferentes áreas y logró así posicionarse como una de las empresas con más peso de la Argentina. Sin embargo, su estabilidad comenzó a resquebrajarse luego de enfrentar complicaciones económicas.
La firma se endeudó para encarar diferentes proyectos, construir más plantas y ampliar su negocio de Biodiesel. Pero no puedo afrontar esas deudas.
En diciembre 2019 se reveló que la deuda ascendía a u$s300 millones, cuando el dolar equivalía a unos 40 pesos, y pocas semanas después esa misma deuda se debía multiplicar por un dólar de 60 pesos. A partir de ese entonces los directivos de la empresa aseguraron que la deuda se volvió “impagable” y de ese modo entró en default en diciembre del 2019.
La empresa solicitó en febrero 2020 la apertura de su concurso preventivo de acreedores. En total, según medios judiciales, la deuda de la compañía asciende a u$s1.350 millones, de los cuales unos 1.000 millones corresponderían a préstamos de los bancos y el resto a empresas del sector agrícola. El Banco de la Nación es uno de los principales acreedores.
Con el cambio de gestión a comienzos del 2020, las nuevas autoridades de la entidad oficial iniciaron un sumario administrativo luego de detectar que durante la gestión de Cambiemos el Banco Nación le otorgó préstamos a Vicentín por $18.700 millones.
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