ara 2015, Carlos Lisanti y su hijo Ramiro decidieron poner todo su empeño en un proyecto novedoso relacionado con la hidroponía, un método para cultivar plantas en el agua en vez de usar el suelo.
En sí, este sistema consiste en implantar el cultivo en agua con los nutrientes que existen en el suelo. De esta manera, las raíces toman a voluntad lo necesario para su crecimiento.
Para empaparse del tema, Ramiro visitó un invernadero en Florianópolis (Brasil) que utilizaba esta metodología. El objetivo era absorber todos los conocimientos posibles para replicar el modelo brasilero a menor escala en la Argentina. Una vez de vuelta en el país, alquilaron un lugar en Pablo Nogués para instalar su emprendimiento.
Con un capital de 60.000 dólares, iniciaron la construcción del novedoso invernadero, trayendo del país vecino unos caños rectangulares especiales para este tipo de procedimientos que permiten que el agua corra de manera uniforme.
Según los emprendedores, una de las ventajas de este sistema es la reducción del espacio y el aprovechamiento del agua. De acuerdo con Lisanti, se ahorra hasta el 90% del agua y las hectáreas se reducen de seis a una.
Por el momento, cultivan solo plantas de hojas verdes sin químicos. Bajo el nombre “Del agua venimos”, comenzaron a comercializar rúcula, lechuga, radicheta, berro y kale a mitad de 2020. Además, producen de manera sustentable: para su sistema circular, recolectan el agua de lluvia para usarla en el cultivo y venden las plantas en bolsas biodegradables.
En la actualidad, manejan una cartera de 400 clientes que, a pesar de que los costos sean un poco más elevados, prefieren la calidad premium y los sistemas amigables. En cuanto al invernadero, mantienen 18.000 plantas en solo mil metros cuadrados con un equipo de tres personas. También brindan cursos, asesoran y venden lo necesario para instalar huertas hidropónicas caseros.