Hoja: Raquis de 50 mm de longitud con más de 15 foliolos ovalados y aplanados. Paripinnadas con zarcillos en las hojas superiores.
Flores: Insertadas en pedúnculos florales. Pequeñas, blancas o azules.
Fruto: Forma romboidea. De 7 a 20 mm. En su interior un máximo de dos semillas.
Necesidades nutricionales
Nitrógeno: Determinante en el crecimiento y desarrollo de la planta. Ligado a la presencia de Rhizobium leguminosarum, fija este nutriente. Hasta la simbiosis tiene que obtener nitrógeno del suelo. Convienen aportaciones especialmente en periodos fríos o no favorables a la simbiosis. Exigencias en este nutriente relativamente elevadas. Síntomas de deficiencia: Necrosis o abscisión en hojas primarias. En hojas adultas color verde pálido que amarillea.
Fósforo: Estimula el desarrollo del sistema radicular, tallo, floración y número de vainas y granos. Su aplicación como abonado de fondo aumenta el peso de los nódulos de Rhizobium leguminosarum. En terrenos calizos sufre retrogradación. Se absorbe proporcionalmente al contenido en arcilla. Aplicación más efectiva cuando es soluble en agua y citrato amónico. Síntomas de deficiencia: Crecimientos raquíticos, tallos delgados y entrenudos cortos. Hojas superiores pequeñas y verde oscuras. Hojas inferiores amarillas con bordes necróticos. Si deficiencia severa, retrasos en floración, reducción del número de semillas por vaina y defoliación temprana.
Potasio: Favorece la síntesis de los hidratos de carbono y la formación de proteínas. Activador de la fotosíntesis y regulador de sustancias de reserva (incrementa la resistencia al frío y la sequía). Interviene en la regulación de la transpiración. Estimula la formación de nódulos y el desarrollo del sistema radicular. Síntomas de deficiencia: Amarillamiento y necrosis de la punta y de los bordes de las hojas.
Magnesio: Intensifica la actividad fotosintética. Protege de quemaduras solares. Síntomas de deficiencia: Clorosis con aparición de manchas marrones en momentos próximos a la floración.
Azufre: Favorece la fructificación. Regula la disponibilidad de nitrógeno y moviliza el fósforo, potasio y los micro elementos del suelo. Mejora la actividad microbiana del suelo. Síntomas de deficiencia: Clorosis uniforme en hojas inferiores que se extiende hacia las más jóvenes.
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