Con apenas una superficie de una hectárea, el criadero de cerdos “Puesto El 17” que Sergio Molina y Mónica Mitzig poseen en la localidad bonaerense de Colonia San Martín, obtiene excelentes rendimientos. Es que además de que en el lugar son muy organizados, trabajan con genética de primerísima calidad y tienen un promedio de parición de diez lechones por madre, forman parte de la propuesta de turismo rural “Raíces de Campo” del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con el que lograron potenciar su finca y complementar su economía.
“Esta manera de trabajar es una forma de vida para muchas familias. Ponemos demasiado empeño en todo lo que hacemos, a pesar de contar con un espacio reducido”, expresó Molina.
El plantel de animales de Puesto El 17 está compuesto por 65 madres en producción y cuatro padrillos de repaso. Molina y Mitzig son parte de un grupo de nueve productores que desde hace más de diez años viene trabajando en conjunto con el objetivo de conformar un centro genético que abastezca de semen porcino a quien lo necesite. “Contamos con siete padrillos y hemos recibido capacitación del INTA”, detalló Molina.
En dicha zona de Buenos Aires no hay enfermedades; por tal motivo, la única vacunación que se realiza es la que previene la aparición de pulmonía. Asimismo, los animales se destetan a los 28 días, momento en el que se los ubica en un sistema de cajones donde se va variando su alimentación: comienzan con un starter con gusto a vainilla y luego se les pone un alimento balanceado que se produce en el mismo campo. “Ahí se inicia la recría y la parte más sencilla de todo el proceso, porque el cerdo no causa ningún inconveniente. Gracias al manejo sabemos con precisión la fecha en la que las chanchas van a parir o quedan embarazadas. Ese es nuestro gran éxito, porque el porcino vacío no nos sirve”, comentó Molina.
En relación al turismo rural, desde Puesto El 17 invitan a los visitantes a recorrer el establecimiento y conocer más sobre la producción de cerdos. Además, ofrecen degustaciones de productos elaborados con carne porcina de la finca, así como salames, empanadas, bocaditos, quesos y verduras. El plan se complementa con una excursión al tambo “El Balcón del Arroyo”, que se dedica a la producción de quesos. “Invitamos al turista a vivir una experiencia rural, con los sabores y la vida de la familia de campo. Hasta ahora hemos tenido una muy buena respuesta por parte del público”, concluyó Mitzig.