ertenecen a un grupo muy extenso en el planeta, siendo muy comunes tanto en el campo como en ambientes urbanos. A lo largo de los años muchos jardineros las han empleado para agregar color y textura en los jardines. Otras han sido usadas para el tratamiento de ciertas dolencias, debido a las propiedades terapéuticas y medicinales que poseen. También es importante señalar sus beneficios como fuente de alimentación principal tanto de animales herbívoros como del ser humano.
Los tallos de las plantas herbáceas son suaves, carnosos y de color verde. Sus hojas son blandas, flexibles y tiernas. La mayoría se caracteriza por presentar flores de colores llamativos y brillantes, agrupadas en forma de espiga o racimos, aunque hay especies que simplemente no presentan flores. A diferencia de las leñosas, las herbáceas no poseen tallos que sean capaces de mantenerse sobre el suelo cuando las hojas mueren, por lo cual no suelen alcanzar grandes tallas, a excepción del bambú, las palmeras y los bananeros. De igual manera las herbáceas contienen celulosa, la cual le otorga flexibilidad y fragilidad al mismo tiempo.
Dependiendo de la especie, la reproducción será sexual o asexual. Son polinizadas por insectos y las semillas se dispersan a través del viento.
Una planta herbácea típica muere por lo general en temporada de otoño, dejando caer las hojas en el proceso. En primavera aparece un nuevo crecimiento, a medida que raíces y tallos comienzan a producir brotes frescos. Posteriormente la planta florece nuevamente, produciendo flores brillantes, además de una rica y abundante vegetación, que prosperará en el verano, antes que la planta comience a morir de nuevo.
Como ejemplos de plantas herbáceas se encuentra la margarita de Montauk (Nipponanthemum nipponicum), las peonias (Paeonia lactiflora), las Amapolas orientales (Papaver orientale), el crisantemo (Chrysanthemum morifolium), corazón sangrante (Lamprocapnos spectabilis), entre otras comestibles como la lechuga (Lactuca sativa) y la acelga (Beta vulgaris).
Dentro de las plantas herbáceas se incluyen 3 categorías: dos de ellas estacionales (anuales, bienales) y las vivaces o de vegetación perenne. También se clasifica en función de sus hojas, en este caso tenemos a las graminoides y forbias.
La mayoría de las plantas herbáceas son anuales, lo que sugiere que tienen que completar su ciclo de crecimiento (germinación, floración y muerte) en un año. Se desarrollan en época de primavera y verano, pero no toleran el invierno. Un ejemplo de planta anual son los girasoles, las caléndulas, el maíz y el amaranto.
Las bienales, a diferencia de las anuales, pasan dos temporadas de crecimiento antes de completar su ciclo de vida. Además, poseen órganos (raíces y bulbos) adaptados para permanecer debajo del suelo y sobrevivir cuando las condiciones sean desfavorables. Estas plantas durante el primer año acumulan reservas de alimento, para luego producir semillas y florecer en el segundo año. Al igual que las plantas anuales, la planta madre muere una vez que produce semillas y flores. Como ejemplo de planta bianual esta la alcaravea y la viola cornuta.
En el caso de las perennes, se trata de plantas que viven año tras año, llegando a vivir décadas. Pasan por ciclos regulares de crecimiento vegetativo, florecen, esparcen su semilla y luego regresan al crecimiento vegetativo, es decir, que a diferencia de anuales y bienales no mueren después de producir semillas.
Presentan brotes aéreos que mueren y son reemplazados el mismo año. Al igual que las bienales, tienen órganos que pueden permanecer inactivos y sobrevivir a condiciones desfavorables. Son plantas que pueden crecer tanto en climas cálidos como estacionarios. Por lo general, las plantas herbáceas perennes suelen dominar en los ecosistemas sobre las plantas anuales, debido a que presentan un sistema de raíces que les permite acceder con mayor facilidad a los nutrientes. Las perennes pueden ser divididas a su vez en plantas de hoja caduca (cuando pierden las hojas) y plantas de hoja perenne (cuando conservan las hojas o las renuevan de manera gradual). Un ejemplo de planta perenne es el ruibarbo.
Otro sistema de clasificación de las plantas herbáceas está basado en la forma y tamaño de sus hojas, permite dividirlas en graminoides (de hojas estrechas) y forbias (de hoja ancha), encontrándose dentro de este último grupo las megaforbias (que pueden llegar a alcanzar un porte y tamaño considerable respecto al resto).
A pesar de ser un grupo que incluye una gran cantidad de especies, las plantas herbáceas, en general, van a requerir para poder crecer de un suelo bien drenado, por lo que será necesario regarlas cada 7 o 10 días. También necesitan recibir abundante luz solar, pero no de manera directa, ya que el sol puede quemarlas. No toleran las temperaturas extremas.
Suelen ser plantas sanas, resistentes a las plagas. Por lo que no requieren cuidados extremos relacionados con este aspecto.
Las herbáceas acostumbran a crecer rápidamente, produciendo muchas semillas en un corto periodo de tiempo. Se adaptan muy bien a podas y recortes cuidadosos. Pueden ser trasplantadas cada dos años.
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