Técnicas y recomendaciones para producir plantines en bandejas flotantes

El uso de bandejas flotantes para la producción de plantines hortícolas como tomate, pimiento y hortalizas de hojas, es una técnica hidropónica cada vez más utilizada, debido a su fácil implementación y bajo costo. El método consiste en colocar en una superficie de poliestireno expandido (telgopor) sustratos que flotan, con el fin de crear un espacio que sirva para que se nutran desde la siembra hasta el trasplante. Con esta iniciativa, las prácticas de riego y los sistemas de fertilización resultan mucho más sencillos.

A la hora de construir una bandeja flotante, se deberán seguir ocho pasos:

1) Construcción de la pileta: sobre el suelo o una mesada bien nivelada, se deberá construir un marco con tablas de madera, ladrillos u otros materiales que permitan  hacer una estructura con bordes de entre 10 y 15 centímetros (cm) de altura. La longitud y el ancho dependerán del área disponible, el tamaño de las bandejas y la cantidad de bandejas que se pondrán a flote.

2) La estructura de la madera debe cubrirse con polietileno de entre 150 y 200 micrones y cargada con agua de hasta 5 cm por debajo del nivel superior de la pileta. Esto quiere decir que si la altura de la pileta es de 15 cm, se carga con agua hasta los 10 cm de altura.

3) Se deberá verificar que no haya pérdidas de agua por roturas de polietileno. Además, la conductividad eléctrica del agua no tendría que superar los 0,75 dS.m-1 y el pH debería ser entre 5,8 y 6,5.

4) Para la elección de la bandeja, se deben emplear las de poliestireno expandido de alta densidad, es decir, telgopor; que por ser un material liviano flota en la solución de la pileta. Otra opción es usar bandejas de plástico negras o plugs que estén insertas en un porta-bandejas de telgopor para que flote.

Las más utilizadas son de 288 celdas de 17 centímetros cúbicos (cm³), aunque el tamaño depende de las especies a sembrar. De este material, existen bandejas de entre 216 celdas de 16 cm³ y 288 celdas de 12,5 cm³, que también pueden ser una alternativa.

5) A la hora de elegir los sustratos, se usan las opciones comerciales de siembra a base de turba con agregado de permita y vermiculita. También se pueden emplear otros materiales como corteza de pino o fibra de coco.

6) Es importante que la distribución del tamaño de las partículas garantice un equilibrio entre la aireación y la capacidad de retención de agua, logrando un buen drenaje y permitiendo el ascenso de agua por capilaridad.

7) El sustrato no debería contener materiales extraños como tallos, semillas de malezas o agentes patógenos y su conductividad eléctrica tendría que ser menor a 0,7 dS.m-1; su pH debería estar entre 5,5 y 6,2.

8) Para el llenado de la bandeja se aplica un volumen de sustrato, que luego se distribuirá para cubrir todas las celdas. Para esto, puede elevarse la bandeja y dejarla caer unos centímetros para que el sustrato llegue hasta el fondo. Si la celda está completamente llena, puede verse como el sustrato queda en los orificios de la parte inferior de la bandeja.

Antes de llenar las bandejas con sustratos, es importante humedecerlas hasta que alcancen una humedad del 50%. Después, la siembra puede hacerse de forma manual o automática, aunque considerando que la semilla tome contacto con el sustrato. Para esto, conviene realizar un primer riego con un atomizador para afirmar la semilla en la superficie y evitar pérdidas en el traslado de la bandeja a la pileta.

Una vez que se colocan las bandejas en la pileta, se deben tomar medidas para que no queden espacios libres con agua a la vista, que podrían provocar el acceso luz y el desarrollo de algas. Además, el proceso de llenado, siembra y traslado debe realizarse lo más rápido posible para obviar que se reseque el sustrato.

Los fertilizantes a usar con este sistema deben contener nutrientes al alcance de los plantines; por este motivo, se recomienda usar solubles o líquidos. Al momento de incorporarlos, se deberá hacer una solución concentrada, que más tarde se añadirá a la pileta en distintos sectores sin dañar el telgopor.

La primera aplicación se debería realizar pasados los diez días de la germinación de las semillas, ya que –por lo general– el sustrato comercial tiene una base nutricional que permite el crecimiento de los plantines durante los primeros días. A su vez, la conductividad eléctrica del agua de la pileta con el fertilizante disuelto no debería superar los 1,5 dS.m-1.

La cantidad de fertilizante a agregar se calcula según los litros de agua que contenga la pileta, multiplicando las distintas dimensiones de la misma con el agua. La fórmula sería: volumen (m³) = largo (m) x ancho (m) x alto (m). Cabe mencionar que el alto corresponde a la altura del agua y no a la de la pileta, y que un m³ es equivalente a mil litros.

Para calcular los gramos de fertilizante a agregar por litro de agua se usa la siguiente ecuación: fertilizante a agregar (gramos o litros) = concentración requerida (en partes por millón) dividida por el porcentaje de nutrientes por diez.

Mientras tanto, el trasplante y el manejo de las raíces dependerán de la especie producida. Por ejemplo, en Lisianthus se observó que el agregado de hidróxido cúprico por litro de agua produce la poda química de las raíces por fuera de la celda, obteniendo mayor desarrollo de las mismas por dentro. En todos los sistemas, el fin debe ser detener el crecimiento de las raíces por fuera de la bandeja, sin provocar efectos negativos en el plantín.

Se recomienda limpiar las bandejas inmediatamente después de usarlas, debido a que en ese momento las raíces y el sustrato se encuentran húmedos y son más fáciles de remover. El lavado puede hacerse con agua y jabón, aunque posteriormente se deberán enjuagar con abundante agua limpia. Más tarde se debería desinfectar todo en una solución con 10% de lavandina, para luego volver a enjuagar y dejar secar. Una vez secas, se aconseja guardar los recipientes en un lugar donde no le den los rayos de sol y no se deformen o degraden.

Ventajas

- Los plantines son más uniformes.

- El ciclo de vida del plantín es más corto.

- Reduce los daños que se producen en el plantín al momento del trasplante.

- La recuperación de los plantines después del trasplante es más veloz.

- Requiere menos agua.

- Se puede efectuar un control más seguro del estado del plantín.

- La distribución de fertilizantes se realiza de modo más homogéneo.