l riego del jardín está dividido en sectores que se van regando a lo largo de la jornada de riego, que suele ser por la noche, según la programación.
Los programadores son relojes que permiten programar ciclos de riego con varios días de anticipación. Estos relojes accionan sucesivamente sectores independientes que corresponden a diversas válvulas automáticas. El tiempo de apertura de cada sector es regulable, lo que permite calcular la cantidad de agua transportada a cada zona o sector.
El programador está conectado a unas eletroválvulas instaladas en la unión entre la tubería principal, que parte de la acometida de agua proveniente de la red de distribución de la empresa suministradora, y las tuberías secundarias, que alimentan a las tuberías portaemisores de cada sector de riego.
Estas electroválvulas controlan el paso del agua hacia los sectores de riego, de forma que cuando el programador da las ordenes de riego, la válvula se pone en funcionamiento, abriéndose y dejando pasar el caudal para alimentar los aparatos de riego que componen un sector. Una vez acabado el tiempo de riego, la válvula deja de funcionar y se cierra, dejando de funcionar el sector y comenzando inmediatamente otro.
De esta forma, a lo largo de las horas destinadas al riego, las electroválvulas van abriéndose y cerrándose, haciendo que todos los sectores del jardín se rieguen durante el tiempo estipulado y proporcionando a las plantas el agua necesaria para cubrir sus necesidades.
La automatización del sistema de riego presenta una serie de ventajas:
Se reduce el derroche y las pérdidas de agua, como puede ocurrir con el riego con manguera, por ejemplo.
Es por esto que hoy en día el 95% de las instalaciones de riego en jardines se automatizan.
TECPA