Pero, ¿qué es BIM?. Las abreviaturas de Building Information Modeling nos hablan de mucho más que trabajar con un simple modelado. Son programas que modelan en 3D (Modeling) y que, a su vez, contienen información sobre el proyecto (Information), tal como la necesaria para obtener directamente unas mediciones o realizar cálculos estructurales o de instalaciones. El sistema de trabajo no está basado en delineación, sino en construcción (Building), es decir, se "dibuja" como se construye.
Visto así, un estudiante de paisajismo podría pensar que las ventajas del BIM podrían ser aprovechadas únicamente por otros profesionales, como arquitectos o ingenieros, pero no por aquellos que enfoquen sus proyectos al diseño de jardines. Vamos a ver que no es así y que todo aquel que no dé el paso al BIM está perdiendo oportunidades de desarrollo y, por tanto, de trabajo.
Al margen de las bondades del BIM en cuanto a la información contenida para mediciones o cálculos, que son claras, vamos a ver una de las primeras ventajas respecto al CAD en los inicios de un nuevo proyecto:
La topografía del terreno
Con un programa BIM podemos transformar en cuestión de segundos unas curvas de nivel en un modelado perfecto del terreno que nos permita visualizar en 3D la parcela sobre la que estamos trabajando. Ya no hay que componer mentalmente los desniveles, sino observarlos directamente. Esto nos va a facilitar infinitamente las decisiones iniciales de implantación de un proyecto sobre el terreno y nos va a ayudar a obtener con mucha facilidad los movimientos de tierras necesarios para banquear o vaciar las tierras.
Pero no sólo nos facilita el trabajo por el hecho de visualizar el 3D de la topografía, sino que este tipo de programas nos permiten realizar secciones por donde queramos, mostrando los cortes directamente, sin que tengamos que delinearlos nosotros. Eso sí que es precisión, manejo de información y ganancia de tiempo. Y ya sabemos que el tiempo es oro.
Si además de facilitar nuestro trabajo, esta herramienta se convierte en nuestra mejor aliada para mostrar al cliente cómo se verá su terreno transformado visto en 3D, estaremos ganando puntos sobre la competencia que trabaje exclusivamente sobre dos dimensiones. Hoy en día, la competencia es muy grande en cualquier disciplina, por lo que todo aquello que consiga distinguirnos de los demás nos aportará méritos de cara a los potenciales clientes.
Si seguimos centrándonos en las tierras podemos encontrar también ventajas a la hora de diseñar un estanque. Nuevamente vamos a tener mucha facilidad de visualización del resultado, de manejo de los parámetros necesarios para los movimientos de tierras y de presentación de nuestra idea al cliente.
Vayamos ahora a la parte de construcción. Sabemos que en paisajismo no solamente se estudian las variedades de plantas, sino que se realiza un estudio global del espacio y, a menudo, se plantean soluciones constructivas como puentes, pasarelas, tarimas o pérgolas.
Poder modelar en 3D estos elementos nos abre un mundo de posibilidades. Nos ayuda a decidir el elemento a la vez que vamos viendo la evolución de su diseño. Nos permite obtener planos en sección y alzado y algo que nunca hubiéramos pensado con un programa CAD de diseño en 2D: información sobre las sombras proyectadas.
El estudio de las sobras es fundamental en todo proyecto profesional de paisajismo. Pero lo increíble de los sistemas BIM es que no sólo nos muestran los diseños con sus proyecciones de sombras, sino que nos permiten realizar vídeos con el recorrido de esas sombras a lo largo de las horas del día. ¿No es una maravilla?. Podemos realizar los más precisos estudios de asoleo con tan sólo seleccionar el día del año y la franja horaria que deseamos obtener.
Ni que decir tiene el provecho que sacaremos a este tipo de programas a la hora de diseñar sobre el terreno unas escaleras o bancadas de escalonamiento de las tierras. Todo visualizado desde el primer momento, con la obtención automática de secciones, con el cálculo directo de sombras...
Todas estas ventajas respecto al diseño pero, ¿y durante las obras o ejecuciones de esos proyectos?. Pues volvemos a descubrir un mundo de posibilidades.
Un ejemplo podría ser la realización de planos en 3D que describan un proceso de montaje. De esta manera, cualquier montador tendrá clara la información sobre el elemento a realizar. Podemos poner como ejemplo el montaje de una pasarela de madera:
¿No queda suficientemente claro este proceso de montaje representado en 3D con un programa BIM?.
¿Otras ventajas durante la obra?. Podemos obtener rápidamente una sección que no se había contemplado en el proyecto inicial, simplemente por conocer el desnivel entre dos puntos concretos del terreno en un momento determinado del proceso constructivo. Con un simple click tendremos la información.
En cuanto a presentaciones para nuestros clientes, los programas BIM por sí solos ya son muy resolutivos y ofrecen resultados suficientemente detallados como para que se visualicen perfectamente los espacios. Pero si queremos dar un paso más, podremos exportar el modelado a otros programas más específicos que transformarán esos 3D en auténticas imágenes virtuales que parezcan fotografías.
Veamos el siguiente ejemplo:
No olvidemos que un buen jardín no se consigue sin una correcta iluminación. Nuevamente volvemos a encontrar ventajas en los sistemas BIM, que nos van a permitir realizar simulaciones muy operativas y atractivas a su vez para nuestros clientes.
¿Sigues pensando que para diseñar jardines no necesitas más de lo que aportan los programas CAD?. Está claro que podemos realizar muy buenos proyectos de paisaje manejando exclusivamente las dos dimensiones, incluso dibujando a mano, pero el abanico de posibilidades que nos brinda el BIM hace que nuestros trabajos alcancen una nueva dimensión. Tú decides.
La Magia del Paisaje
