Tutorial: planos de jardinería para proyectos de paisajismo en 7 pasos

n este artículo daremos las claves a aquellos estudiantes de paisajismo o jardinería que necesiten aprender a delinear planos para el diseño de jardines de forma profesional.

No representamos de igual manera un plano o boceto de propuesta inicial para un cliente que los planos técnicos de desarrollo de ese proyecto o las láminas de ideas que presentamos a un concurso.

Un diseño inicial debe ser muy atractivo y expresivo en representaciones, colores y texturas. Pero, ¿debe ser igual cada plano de montaje que utilizaremos después en la obra?.

Vamos a ver de forma muy sencilla cómo podemos realizar esos planos y, lo más importante, la información que deben contener para que realmente sean muy útiles en obra.

Antes de empezar te aclaro que si no utilizas ningún programa informático para diseñar tus jardines, no debe preocuparte. Lo importante de este tutorial son los conceptos y va a dar igual si trabajas dibujando a mano o con el más avanzado programa del mercado.

Comencemos con las 7 CLAVES:

• Empecemos desde la base, así que indica el Norte.

No puede realizarse un plano profesional que no indique el Norte, tanto en paisajismo como en arquitectura. No es un elemento decorativo, pues aporta muchísima información.

Saber dónde está el Norte nos facilita conocer las proyecciones de sombra según los recorridos del sol y los elementos que la provocan, como árboles y construcciones.

• Trabaja SIEMPRE a escala 1:100.

Digo siempre pero, evidentemente, siempre que se pueda. En proyectos muy grandes puede llegar a ser complicado.

¿Por qué 1:100 es la escala más aconsejable y no, por ejemplo, la 1:75 o 1:150?. Muy sencillo. Además de ser una escala cómoda de trabajo para la representación de las plantas, es muy fácil medir en obra sin escalímetro. Nos bastará con un metro de mano para poder realizar cualquier comprobación de medida sobre el papel. Con otras escalas va a ser necesario un escalímetro y os aseguro que el día que más falta hace se os olvida llevarlo a la obra.

Por cierto, si te interesa saber algo más sobre las escalas puedes echar un vistazo a este artículo:

Un error habitual es adaptar la escala para conseguir imprimir el plano en el formato de papel que queremos utilizar. No lo hagas así. Si tenías pensado utilizar un A3 pero te obliga a escalar a 1:150, pasa a un A2 y escala a 1:100. Que sea el papel el que se adapte a la escala y no al revés.

Razón de más para tomar nota de este consejo si quien va a realizar las plantaciones es otra persona. Como se te haya ocurrido utilizar otra escala y no estés tú allí con el escalímetro en cada momento, vuelves loco a quien vaya a ejecutar el montaje, que acabará pinchando plantas "a ojo".

• Representa las plantas con su diámetro.

Cuando trabajamos con plantas lo estamos haciendo con seres vivos que crecen.

Un error imperdonable en el diseño de jardines es rellenar los espacios cuajando todo de plantas para que resulte precioso el día de la plantación. Cuando éstas empiecen a crecer comenzaremos a ver una composición totalmente desequilibrada, con plantas amontonadas, incluso especies que acaban ocultando a otras. Esto puede afectar incluso a la aparición de proyecciones de sombras no deseadas que den al traste con el resultado final que teníamos previsto.

Por tanto, una vez que seleccionemos las especies a utilizar en nuestro proyecto, vamos a tener que controlar los diámetros de desarrollo de éstas y que serán los que utilicemos en los planos.

Existe una excepción, que son los macizos de plantas. Cuando queremos representar muchas unidades de una misma especie en un área, es mejor  trazar una trama para no tener que dibujar tantos círculos.

Una aclaración respecto a los "círculos". Podríamos representar cada especie con una imagen más o menos desarrollada de su proyección en planta, pero estamos hablando de planos técnicos que deben aportar mucha información. Si ya la propia representación de especies colmata el plano de grafismos, poco espacio nos va a quedar para los datos complementarios. Por lo tanto, mi consejo, en este tipo de planos mejor los círculos. Para planos bonitos ya están los de propuestas iniciales o los de presentaciones finales, que son otro tipo de documentos.

• Marcar los ejes de algunos ejemplares y especificar las cotas que sean necesarias.

Pensemos que después hay que llevar al terreno todo aquello que se representa en el papel. Sembrar en el jardín las plantas a ojo es dejar al azar que quede todo en su sitio y, posteriormente, cuando empiecen a crecer podemos tener algún disgusto.

¿Hay que marcar todos los ejes?. Yo no los marco todos. Lo hago en los árboles y en las plantas que considero que van a ser estructurantes en el jardín. Digamos que debe hacerse con las que serán clave para realizar un buen replanteo en obra. El resto de plantas que rodean a las que marquemos con sus ejes ya podrán colocarse a ojo o midiendo sobre el plano, según los casos.

¿Hay que marcar todas las cotas?. Al contrario que se hace en un plano de arquitectura, no conviene marcar todas las cotas, pues en los jardines hay muchas formas orgánicas, multitud de puntos de referencia y plantas ... Sería caótico marcar todo, es mucho más práctico poder medir con facilidad sobre el papel a escala 1:100.

• Acompaña el plano de fotos de referencia y nombres científicos de las especies a utilizar.

Las imágenes van a ayudar mucho a la persona que vea por primera vez el plano, bien sea el cliente o el encargado de realizar la plantación.

Los nombres científicos aportan la información necesaria de las especies a utilizar. Debemos utilizar los científicos ya que, además de ser lo más profesional, éstos no cambian y van a ser interpretados de igual manera por el jardinero, el viverista o el cliente. Si utilizamos nombres comunes corremos el riesgo de que no se identifique correctamente alguna planta, ya que éstos cambian por zonas e, incluso, pueden llegar a ser identificados de diversas formas en un mismo lugar.

• Identifica cada especie con un número y coloca esta referencia en las plantas representadas en el plano. De esta manera no tendrás que llenar de textos el plano y con muy pocos elementos podrás facilitar mucha información.
• Detalla el número de unidades a plantar y las densidades en cada caso concreto.

Ya hemos incluido en el plano toda la información que necesitábamos. Tenemos unas especies representadas por círculos con sus respectivos diámetros y otras por tramas que nos indican que formaremos masas.

La numeración nos informa de qué especies estamos hablando. De forma complementaria, en las plantas sueltas indicamos el número de ejemplares a plantar por área, mientras que en las masas anotamos el número total y la densidad por m².

Solamente aparece una cota con la medida de 4,70 m., que será la distancia desde un pequeño chill-out hasta al límite donde terminan las plantaciones en masa. El resto de medidas serán fácilmente comprobables en obra midiendo sobre el plano.

Ya tenemos nuestro plano terminado. Si hemos utilizado algún programa informático sólo quedaría pasarlo a formato Pdf para poder imprimirlo a escala.

La Magia del Paisaje