racias a sus formas naturales y diferentes tamaños, adaptándose así a diferentes usos, que a continuación mencionaremos.
Podemos contar con ellos, para hacer cercos, como especies ejemplares y/o destacadas, borduras, setos formales e informales (según la especie se adaptan mejor a la poda, habiendo especies ideales para este uso), formar un arriate o un macizo, embellecer la pared de una casa, delante de un muro, para dividir o separar sectores, como barreras visuales/sonoras/contaminación.
En el caso de cualquier tipo de barrera requiere que se planten a una cierta distancia y densidad para que cumplan esta función. Como así también para muchos usos mas según la imaginación de cada uno.
Otra gran ventaja es que se pueden plantar tanto en contenedores como en tierra. En contenedores su tamaño se verá limitado y en tierra llegará probablemente a su máxima altura. En este punto es muy importante tener en cuenta el tipo de suelo en que crecerá sin inconvenientes, conociendo cuales son las características que necesita para un óptimo desarrollo. Tipos de suelos calcáreos, arenosos, pobres, fértiles, etc.
En el caso de plantarlos en tierra es importante conocer cuáles serán sus circunferencias y alturas máximas para plantar correctamente con una distancia necesaria para que puedan crecer varias especies en un mismo espacio, ya que este suele ser uno de los grandes errores que se cometen.
Una plantación apretada implicará estar cortando ramas constantemente y como consecuencia irá mermando su belleza intrínseca como la de sus flores. Muchas plantas pueden estropearse e incluso hasta morir a causa de vientos y heladas intensas o prolongadas. En las zonas costeras los vientos procedentes del mar son también un problema especial. Hay especies resistentes a climas marítimos.
Las plantas trepadoras, enredaderas y apoyantes, son arbustos, que no se mantienen erguidas por sí mismas y tienen otro hábito de crecimiento. Desarrollan órganos (zarcillos, raíces adventicias y tallos volubles) para poder ascender, enroscarse o trepar. Éstas se clasifican dentro de este grupo de plantas: los arbustos.
El follaje de los arbustos puede ser:
Persistente o perennifolio: sus hojas se renuevan permanecen con follaje verde todo el año.
Semi persistente: pierden parte o el total de las hojas dependiendo de la T°.
Caduco: pierden totalmente sus hojas a comienzos del otoño-invierno. Según la especie con un llamativo cambio de color antes de la defoliación (cuando caen las hojas).
El color del follaje también es muy importante van desde diferentes tonalidades de verde (verde claro, verde amarillento, verde oscuro, verde brillante); variegado (verde y blanco/amarillo); rubrum (rojizo); gris plateado.
Las formas naturales de los arbustos son las siguientes:
También se le puede dar la forma que uno desee mediante las tijeras con el estilo francés del Arte Topiario (es el arte de recortar, dar formas y hacer esculturas con las especies vegetales, usado tradicionalmente en los jardines franceses). Teniendo en cuenta las especies aptas para este uso como el Buxus sempervirens, siendo una de las de mejor adaptación.
Plantas y Jardín