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ambién, es muy importante ya que puede llegar a curar un ejemplar enfermo. El secreto está en hacerlo bien y, sobre todo, en el momento oportuno.
Aquí damos algunas pautas para podar los principales ejemplares de Interior.
Se debe comenzar la poda en los ejemplares de interior en el mismo momento que se adquiere la planta, no se debe esperar a que se vuelva grande y desproporcionada para intentar controlar su forma.
De todas maneras, no todos los ejemplares necesitan una poda, por ejemplo, las palmeras y las bromeliáceas no la necesitan; tampoco las plantas de temporada. Otros ejemplares, sin embargo, necesitan una poda severa para estimular su crecimiento y floración durante la próxima temporada, como las fucsias, los rosales o los geranios.
Las plantas de interior necesitan básicamente tres tipos de poda:
Esta es la poda propiamente dicha; se trata de eliminar los extremos de los tallos para limitar su crecimiento o para rejuvenecer un ejemplar que tiene los tallos dañados o viejos.
Por ejemplo, en los siguientes ejemplares: Ficus benjamina, Potus, Costilla de Adán, Cheflera, etc.
Como realizarla: Se debe cortar unos dos tercios de cada rama, para ello se deben utilizar una tijera o un cuchillo muy bien afilado y bien limpio.
Cuando realizarla: Siempre que un ejemplar presente tallos y hojas marchitas. Si se trata de una planta en flor, se debe aprovechar el momento justo, después de la floración.
Al final de la primavera los ejemplares de hojas perenne se pueden podar si están creciendo mucho y de forma desgarbada o al finalizar el invierno, justo antes de que empiecen a rebrotar los tallos nuevos.
Cortar los extremos que hayan alcanzado más desarrollo ayudará a mejorar la próxima floración, y también se debe eliminar cualquier resto seco o dañado.
Cortar las ramas que crezcan hacia el interior para que pueda circular el aire y la luz, se puede seguir cortando hasta conseguir un aspecto uniforme,
Consiste en eliminar los extremos de los tallos más tiernos y jóvenes, así, favorecemos su crecimiento para que sea más frondoso y uniforme. También, permitiremos que el aire circule entre los tallos, al descargar a la planta de un exceso de hojas.
Por ejemplo, en los siguientes ejemplares: Hipoestes (hoja de la sangre) Pílea (herbáceas suculentas), alegrías, planta del dinero, etc.
Como realizarla: Se hace arrancando el extremo más verde y tierno de los tallos, apenas medio centímetro con los dedos índice y pulgar.
Cuando realizarla: Cuando la planta está creciendo y siempre que se quiera limitar su crecimiento o hacerlo más frondoso.
Cortar los extremos de cada tallo con ayuda de los dedos índice y pulgar, dando un tirón, cada vez que se corte un tallo se ramificara y saldrán dos.
Es el nombre que recibe la eliminación sistemática de las flores marchitas, además de mantener el buen aspecto de la planta, evita la propagación de enfermedades y estimula la producción de más flores.
En las plantas más pequeñas, las flores marchitas se pueden cortar con los dedos o con unas tijeras pequeñas.
Por ejemplo, en los siguientes ejemplares: Rosal miniatura, Columnea, Violeta, Espatifilo (flor de la paz), Hipocirta (Hypocyrta glabra), Azalea, etc.
Como realizarla: Cuando se trata de ejemplares con tallos duros como el rosal, conviene utilizar una tijera de podar.
Cortar por donde el peciolo (el tallito de cada hoja) se une al tallo principal.
Las flores pasadas se eliminan fácilmente con la mano, en el caso de ejemplares herbáceos.
Cuando realizarla: Siempre que un ejemplar presente flores pasadas o marchitas, quitarlas para que las que están en buen estado duren más y tengan más fuerza. Una vez terminada la floración, es el momento de aprovechar para realizar una buena poda al ejemplar. De esta forma crecerá con más fuerza y vigor.
Consiste en cortar los brotes más débiles cuando una planta presenta un aspecto marchito y desgarbado, seguramente porque está afectada por una enfermedad o plaga, como el singonio (cabeza de flecha) de la fotografía
Las causas pueden ser varias: sequedad ambiental, exceso o falta de agua, falta de luz, hojas quemadas por los rayos del sol, etc., el resultante siempre es el mismo; una planta con hojas lacias, con la base de los tallos pelados y un color amarillento. En estos casos la podemos recuperar con una buena poda.
Como realizarla: Casi a ras del suelo, pero debemos procurar que al cortar cada tallo no esté lignificado (consistencia de madera) o endurecido; eso significa que está muerto y la savia no volverá a circular; se debe cortar siempre sobre una parte verde del tallo.
No debemos tener miedo de pasarnos a la hora de cortar, si no está muerta, volverá a salir con más fuerza.
Cuando debemos realizarla: Siempre que una planta presente mal aspecto, intentemos podarla, lo haremos como último remedio para que sobreviva.
Un buen momento para hacerlo es a finales del invierno, antes de que empiece a echar brotes nuevos.
Debemos quitar las hojas muertas o estropeadas en cuanto aparezcan, además de afear el ejemplar, pueden ser un foco de enfermedades y plagas.
Se puede hacer con los dedos (ver el helecho y el espatifilo de las fotografías), con un cuchillo o una tijera bien afilados y limpios.
Recordar que este Insecticida ecológico (a base de Tierra de Diatomeas micronizadas de Eco y Ambiente) no es un veneno, no deja olor desagradable, no es toxico, posee un largo efecto residual (más de 6 meses) cuando es aplicado en interiores que no se hallan expuestos a lluvias. “No presenta riesgo alguno para personas, animales y plantas”.
Eco y Ambiente
