El negocio de las avellanas en la Argentina se cuadriplicó en los últimos años, con un volumen que asciende a los 240 mil kilos anuales. El Valle Inferior de Río Negro, con casi 400 hectáreas asignadas a este fruto seco, es la principal región que concentra el 95% de la producción total del país.
Juan Rolka, propietario de una finca de 65 hectáreas en cercanías de la ciudad de Viedma, que trabaja con un sistema de riego administrado por el Instituto para el Desarrollo del Valle Inferior (IDEVI), asigno 24 hectáreas de su campo a esta producción y otras 24 a la plantación de nogales.
Rolka es considerado como pionero en este tipo de desarrollo. Cuando decidió dedicarse a las avellanas hace casi cuarenta años, viajó a Italia para capacitarse en la especialidad y comenzó a producir la variedad de Tonda de Giggoni -la más demandada por los mercados-, que posee excelente aptitud para la industrialización. La densidad de su plantación es de cinco mil plantas por hectárea, donde cada una produce entre cuatro y cinco kilos del fruto seco.
En la Argentina, las mejores tierras para estos cultivos, además del Valle Inferior de Río Negro, son los valles del Río Colorado y del Chubut. De todas formas, también se practica en Mendoza, San Luis y Buenos Aires.
- Riego: “El sistema de riego que utilizamos es gravitacional por surcos en los primeros años de vida de la planta. Una vez que alcanza el estado adulto, el riego se hace por medio de un manto de agua”, detalló Rolka; quien a su vez comentó que el promedio de agua que necesita la planta se calcula entre los 3.000 a 3.500 metros cúbicos por hectárea.
- Cosecha: el período de cosecha se inicia a fines de febrero y marzo, cuando los frutos se abren y se desprenden de la planta. Son recolectados desde el suelo en forma manual o por medio de cosechadoras. “Una vez cosechadas las avellanas, se someten a un proceso de secado, que se realiza en un playón de hormigón, donde permanecen expuestas al sol hasta el momento en que se realiza el pelado de los frutos en forma manual”, contó el productor.
- Comercialización: “Hoy comercializamos nuestra producción exclusivamente en el mercado interno. El 50% se venden en las fábricas de chocolate de Bariloche, y el resto, se coloca en Buenos Aires a través de distribuidores”, acotó Rolka.
La industria del chocolate paga en la actualidad entre 3,50 y 4 dólares el kilo, haciendo el negocio bastante atractivo. Sin embargo, para abastecer el mercado interno, se necesita importar desde Chile, España y Turquía 290 mil kilos anuales de avellanas más, que ingresan al país peladas.
- Descargado: para mejorar el valor agregado de los frutos secos se instaló en un predio de IDEVI una planta de descascarado de nueces. Sobre esto, el presidente del Consejo Asesor del organismo, Marcos Castro, explicó: “Este proyecto se implementó a través de un gran contacto con los productores que nos plantearon la necesidad de generar una mecanización post cosecha para abaratar costos y obtener un mayor valor agregado”.
La iniciativa de los productores propició el desarrollo de un proyecto que fue canalizado a través de la Unidad de Cambio Rural (UCAR), que financió el proyecto con tres millones de pesos. Los productores que administrarán la planta abonarán una tasa de servicio por el uso de la misma.