Las marcas de belleza son conocidas por sus elaborados envases de plástico, que forman parte de las 300 millones de toneladas de este material que se producen cada año. De esta desorbitante cantidad, solo el 10% es reciclado; el resto termina en vertederos o en el océano, donde permanecen durante 500 años o más.
La diseñadora Jonna Breitenhuber, oriunda de Berlín, podría tener la solución para este conocido, aunque irresuelto problema: para su tesis de maestría en la Universidad de Artes de Berlín, desarrolló una botella hecha de jabón que puede servir como empaque para cualquier producto de higiene líquido. Un detalle no menor si se tiene en cuenta que la industria busca cautivar al público con botellas de plástico de diseño innovador.
La Soapbottle se produce vaciando un jabón tradicional y forrando su interior con una capa insoluble en agua, que evita que los líquidos contenidos en él disuelvan el jabón. En la parte superior tiene un cierre de metal reutilizable que permite abrir el empaque y verter el producto. De esta manera, se podría afirmar que cumple una doble función, como liquido de higiene y jabón. Este último, al ser biodegradable, con el tiempo se disolverá; en consecuencia, el producto en su totalidad –a diferencia del plástico– no provocará desperdicios.