Una fusión destinada al público gourmet

Desde que era muy pequeño, Santiago De Diego supo que quería dedicarse a la gastronomía. En 2003 se inició en la aventura lanzando un emprendimiento de arándanos en Tucumán, hasta que tras dos cosechas exitosas y un revés financiero decidió volver a Buenos Aires para crear una empresa de aderezos para ensaladas, un producto bastante innovador dentro del mercado local. Así fue como en 2008 nació Tau Delta, compañía que fue adquirida en un 60% por la Compañía Introductora de Buenos Aires, propietaria de Dos Anclas.

“En realidad, la idea original era hacer una línea de comidas deshidratadas. Las cadenas de supermercados a las que nos acercamos no demostraron demasiado interés en eso, sino en los aderezos. En este contexto, podría afirmar que fueron los clientes quienes marcaron nuestro camino”, expresó De Diego.

A la línea de aderezos como salsa barbacoa, caesar o queso derretido, rápidamente se sumó una de salsas dulces, desarrollando un crecimiento exponencial en muy poco tiempo. Para llevar adelante los proyectos, se incorporó tecnología de automatización de procesos –previamente el envasado y etiquetado se realizaban a mano– y se incrementó notablemente la cantidad de empleados: hasta hace menos de dos años tenían cuarenta y actualmente el número asciende a 62. Parte de la progresión también estuvo relacionada con el vínculo con varios clientes importantes como Subway, KFC, Wendy’s, YPF, Mostaza, Havanna, KraftHeinz y El Club de la Milanesa.

El primer acercamiento con Dos Anclas se produjo en 2009, después de que su gerente comercial, Sergio López, observara el alcance de los productos de Tau Delta.

“Nosotros no vendemos sal, vendemos sabor. Por lo tanto, siempre estamos evaluando opciones en el mercado que nos permitan mejorar nuestra oferta. La propuesta de Tau Delta nos pareció sumamente interesante y original, y la vimos como una oportunidad de seguir creciendo”, comentó López.

La oferta de productos de Dos Anclas incluye especias, artículos de repostería, jugo de limón, salsas dulces para postres, aceite de oliva, aceto balsámico y saborizantes, entre otros. Tras la fusión con Tau Delta, la totalidad de la producción de salsas gourmet quedó en manos de De Diego.

De Diego y su equipo aceptaron de inmediato la propuesta de la marca de sal debido a su trayectoria de más de 120 años dentro del mercado argentino. A partir de esta fusión, Tau Delta se nutre de la estructura empresarial de Dos Anclas, para hacerse valer en áreas que anteriormente no eran tan tenidas en cuenta como finanzas, legales, marketing y ventas. Además, aprovecha la variedad de canales comerciales con los que cuenta la firma.

“Somos ágiles, livianos e innovadores a tal punto que nos toma la misma cantidad de tiempo lanzar un nuevo producto al mercado que lo que una multinacional demora en armar una reunión directiva. Por estar tan inmersos haciendo lo que nos gustaba, dejamos de lado aspectos fundamentales como la administración, los recursos humanos o el manejo del flujo de caja. Así, aprendimos que cuando se descuidan las bases, aquello que tarda años en construirse se puede caer de golpe”, señaló De Diego.

Según datos oficiales, desde la unión de ambas empresas, el negocio de las salsas gourmet se incrementó en gran medida para Dos Anclas. Cabe destacar que en el plano formal la firma de la Compañía Introductora de Buenos Aires adquirió el 60% de las acciones de Tau Delta.

“Con este encuentro, se produjo una combinación perfecta entre innovación y una sólida estructura comercial. El posicionamiento de Tau Delta es atractivo y se enmarca dentro de nuestros principales objetivos. La idea es evaluar inversiones para mejorar la productividad y realizar nuevos lanzamientos manteniendo la independencia de las marcas y la personalidad de cada una”, alegó López.

Al respecto, De Diego confió que se trata de una gran oportunidad, que implicará mucho trabajo por delante. “Vamos a refrenar nuestros impulsos adolescentes para escuchar y aprender de la experiencia que nos brinda Dos Anclas. Las buenas ideas solas a veces no alcanzan: para pelear con los grandes es necesario disponer de las mejores herramientas”, concluyó.