n la localidad de San Antonio, provincia de Misiones, se constituyó legalmente la cooperativa “El Urutaú”, para dedicarse a la vacunación contra la fiebre aftosa en los departamentos de San Pedro y General Belgrano.
Su constitución es fruto del espíritu solidario que anima a los cooperativistas, provenientes en su mayoría de la agricultura familiar, sumado al claro apoyo del Estado y del sector privado.
Así, la flamante organización cuenta con la asistencia y capacitación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a través de la Asociación Ganadera de Andresito, ente sanitario responsable de los planes de vacunación en ambas jurisdicciones provinciales; al tiempo que la municipalidad de San Antonio brindó la infraestructura para realizar la asamblea constitutiva de la Cooperativa.
Los trabajadores decidieron crear la cooperativa para fortalecer su relación laboral con el Ente y, al mismo tiempo, brindar un mejor servicio a la producción agropecuaria. La bautizaron con el nombre de un ave de la región difícil de visualizar, por lo que se lo conoce también como “el pájaro fantasma”, que fue visto y fotografiado por algunos de los trabajadores cuando estaban vacunando en las chacras cercanas al parque Uruguaí.
Los veterinarios locales del Senasa capacitan a los vacunadores para un desempeño eficaz de su tarea, siempre con el bienestar animal como consigna, y también los orientan para detectar antecedentes sanitarios.
En el caso de “El Urutaú”, el equipo de personas fue originariamente conformado por el veterinario de la oficina del Senasa en Bernardo de Irigoyen, Gabriel Gómez, quien capacitó y acompañó durante todo el proceso a los cooperativistas. Luego el Ente terminaría de darle forma. “De aquellas épocas surgieron las relaciones de camaradería que se fueron fortaleciendo hasta alumbrar a la actual cooperativa”, evoca Gómez.
Para Adrián Rojo, programador sanitario y miembro de la cooperativa, el principal fundamento que los agrupa es la solidaridad. “Nos conocimos y nos hicimos compañeros en el trabajo. Un trabajo que suele ser muy peligroso porque los animales son grandes y bravos y las instalaciones escasas. Eso implica que si no hay buenos compañeros es muy fácil lastimarse, como cuando se quiebra una tabla en el brete o cuando un cebú salta el alambrado y te encara. Son instantes en que la vida de uno depende del compañero de trabajo. Y esa es la base por la que decidimos organizarnos”.
En 2013 la Asociación Ganadera de Andresito se constituyó como ente sanitario de los planes 718 y 832 para San Pedro y General Belgrano respectivamente, trabajando con el Senasa para brindar la mejor cobertura de vacunación posible en la zona.
“El rol del Senasa es clave en la formación y el sostenimiento de organizaciones como la cooperativa "El Urutaú" porque, por su coordinación y despliegue territorial, los vacunadores son verdaderos sensores de la sanidad animal en el campo”, concluye Gómez.
SENASA-Ministerio de agricultura, ganadería y pesca