u adecuada y frecuente remoción del sistema, es de imperiosa necesidad para salvaguardar la salud de los ejemplares, mantener tenores de oxígenos adecuados, y la calidad del medio acuático del cultivo.
En todos los sistemas acuícolas el sedimento desempeña un importante papel en la dinámica del sistema, y el fondo de los recipientes de cultivo piscícola no difiere grandemente de los suelos utilizados para la agricultura en sus características físicas y químicas, y la principal diferencia radica en que el suelo de los recipientes está continuamente inundado y el intercambio de compuestos entre el agua y los sedimentos, afecta en alto grado a la composición del agua del cultivo.
En la cría de peces, la interfase agua-sedimento es altamente dinámica, y del nivel de oxígeno y el pH dependen muchas reacciones e interacciones químicas, y cuando no hay un manejo adecuado del sistema, la capa de materia orgánica aumenta, su oxidación consume un gran parte del oxígeno disuelto, las bacterias actúan ante la ausencia de este oxígeno y no la mineralizan, acumulándola en forma una capa gruesa y fangosa de color verde-negruzco, que además genera gases como sulfuro y metano, perjudiciales para la producción y el medio ambiente.
Se calcula que un 5% en peso del alimento suministrado a los peces no es ingerido (pérdidas por manejo) y cerca del 15% del alimento suministrado se transforma en heces (digestibilidad del 85%).
Así, por lo menos un 20% del alimento suministrado a peces de cultivo se transforma en sedimentos, lo que representaría un significativo aporte de alimento exógeno que formará parte del sedimento; además de los sólidos en suspensión que provienen normalmente de la fuente hídrica.
Por otra parte, los excrementos de las tilapias salen encapsulados por una membrana mucosa formando gruesos hilos flotantes, que se precipitan en el fondo y hacen nudosidades que obstruyen las rejillas de las mallas de los drenajes. Estos incrementan la demanda del oxígeno, al igual que el alimento no consumido y otros componentes del detritus, y pueden provocar una estenosis, (acumulación de sólidos y otros detritus en las branquias) y la muerte de los ejemplares por un engrosamiento lamenar (hipertrofia o hiperplasia) como resultado de la irritación física de sólidos pasando por estos tejidos, generando productos tóxicos derivados de la descomposición de sólidos y gases.
Por todo ello, estos excrementos deben extraerse lo más eficientemente posible, antes de que se descompongan y empiecen a consumir una parte del oxígeno disponible para los peces, generen aportes secundarios de amonio y estimulen la aparición de comunidades bacterianas indeseables.
La eliminación de éstos biosólidos generalmente depende del flujo del agua que le suministremos a nuestro sistema, y con el aporte rutinario de agua, contribuimos a arrastrarlos fuera del sistema, efecto favorece auto limpieza en el caso de tanques circulares.
Por ello, una actividad rutinaria recomendada en los cultivos acuícolas, es maximizar el nivel de recambio y/o recirculación del agua dentro del sistema, o drenar los tanques por lo menos dos veces al día por algunos minutos -antes de la primera alimentación y una hora después de la última alimentación- a fin de drenar los biosólidos precipitados o sedimentados en el fondo de los tanques.
Sin embargo, aunque estas prácticas colaboran significativamente en la limpieza de los recipientes de cultivo, por lo general requieren del consumo de un significativo volumen de agua y tiempo.
Se han diseñado diferentes tipos de dispositivos con el fin de concentrar los biosólidos a la salida de los recipientes y facilitar su extracción y tratamiento, siendo los más comunes de estos los denominados dispositivos de doble drenaje (dual-drain o double-Drain), que consisten en una doble salida del agua del tanque (flujo principal y flujo secundario).
Una salida se emplaza en el fondo del tanque por donde se recogen con una pequeña cantidad de agua (flujo secundario) los sólidos sedimentados en las cercanías del drenaje; y la segunda se encuentra elevada y recoge los sedimentos flotantes a lo largo del día.
Por lo general, el agua que sale por el fondo representa un bajo porcentaje del volumen total de agua presente en el recipiente, pero contiene el mayor % de los biosólidos totales presentes en el recipiente.
Así, desechando poca agua del fondo, retiramos mucho sedimento.
Pero ante escaso recambio o recirculación de agua, los sedimentos depositados en el fondo del recipiente de cultivo no siempre son arrastrados por la corriente del agua, o se requiere mucho volumen y tiempo de descarga, haciendo muchas veces inviable la operación.
En nuestra finca hemos implementado un sencillo y eficiente proceso de limpieza, que consta de dos etapas básicas.
1.- La instalación de una tubería de PVC que funciona como “camisa” al tubo de rebose-descarga central, ya que acelerando el flujo interno del tanque por la adicción extra de agua, el efecto de coriolisis agrupa los desechos hacia el centro del recipiente, y estos son aspirados durante las 24 horas del día por la corriente de agua que busca salir hacia el exterior, aguas que son extremadamente sucias, por lo que su drenaje es de gran ayuda para eliminar materia orgánica, amonio y ácido sulfhídrico.
2.- El “aspirado” rutinario y diario del fondo de los recipientes para retirar toda acumulación de los sedimentos depositados sobre la superficie del fondo de los recipientes de cultivo, al extraer el agua que contiene la mayor cantidad de desechos metabólicos y contaminantes del recipiente de cultivo.
Esta práctica, realizada a últimas horas del día, poco después de la última alimentación, nos ha ofrecido excelentes resultados en la prevención de enfermedades y el manejo de oxígeno durante las horas nocturnas, gracias a un descenso significativo en las concentraciones de contaminantes consumidores de oxígeno, y generadores de fuentes de contaminación.
En estanques circulares de 50.000 litros de capacidad, mediante el uso de lo que denominamos Aspiradora AUQCLI (tubo PVC de 2” con múltiples orificios en su parte inferior), con tan solo dos o tres giros, se retiran prácticamente todos los residuos almacenados a lo largo del día.
La efectividad del sistema es fácilmente demostrable, con tan solo observar las aguas extraídas del sistema y realizar una comparación en su coloración y densidad.
La tercera gran virtud del sistema, radica en la posibilidad de aislar fácilmente estas aguas fétidas y contaminantes de los reservorios anti escape (lagunas) dirigiéndolas a patios recolectores de lodos para su posterior reutilización agrícola.
Debemos aclarar que nuestros recipientes de cultivo son tanques circulares construidos en concreto, por lo que la aplicación de esta estrategia en tanques recubiertos de geomembrana requerirá adecuadas precauciones para evitar la rotura de la misma.
Mundo Agropecuario