a estación de verano es la opción para bajarse y comer variado y rico. En la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén existe una diversidad de producción en frutas, verduras y hortalizas increíblemente desarrolladas para habitar el periodo estival de punta a punta, y saborear toda su gama de sabores, aromas y colores.
Una de las primeras delicias son las cerezas, a fines de noviembre. Y diciembre se saborea con jugosos damascos. Como se trata de una fruta delicada, que no dura demasiado tiempo en las fruteras, es importante conocer sus características y saber que hay muchas maneras de elaborar preparados exquisitos en base a esta fruta.
Micaela Spatazza es neuquina y se formó como Técnica en Control e Higiene de Alimentos, de la Universidad Nacional del Comahue, Facultad de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, en Regina. Hace más de 15 años viene trabajando territorialmente con la comunidad enseñando esa magia de hacer que las frutas, principalmente, sean un feliz recuerdo de verano, en pleno invierno.
Micaela enseña y promociona a realizar dulces y conservas artesanales con las riquezas de temporadas, con los excedentes de las huertas o cultivos. Además, se formó en coach ontológico. Dos grandes herramientas para comunicar y saber hacerlo.
Actualmente se desempeña como especialista en sistemas de gestión de calidad e inocuidad alimentaria y desarrollo personal. En esta oportunidad nos comparte una receta con damascos, ideal como acompañamiento de carnes, verduras y otras comidas a elección.
1 kg de damascos, sin podredumbre
2 cebollas coloradas
Canela en rama o en polvo
1/2 pocillo de café de vinagre de alcohol
Pimienta en grano a gusto
Sal a gusto
300 grs de azúcar mascabo
Se seleccionan los damascos sanos, se lavan y se descarozan, se pelan las cebollas y se cortan en juliana.
En una cacerola colocar las cebollas y los damascos juntos con el vinagre y el azúcar.
Pasado 10 minutos agregar la canela, los granos de pimienta y la sal a gusto.
Dejar cocinar a fuego suave, con ebullición franca, hasta que las cebollas y los damascos se deshagan.
Envasar en frascos de 360 cc y llevar a baño María por 20 minutos.
Rotular y guardar al menos 15 días antes de consumir para que se concentren mejor los sabores.
Rio Negro