pesar de haber sufrido algunos inconvenientes en los cultivos de segunda, los cuales se vieron reflejados en la variabilidad de los rendimientos entre los diferentes departamentos, la campaña 2019/20 se encuentra entre las mejores. Tanto la producción final como los rendimientos promedio de la región constituyeron máximos históricos.
Así lo indica un informe especial del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe que, además de realizar una descripción del ciclo sojero, analiza el resultado económico promedio para los productores del área bajo estudio.
Para este cometido, además de la información proveniente del SEA, se recabaron datos sobre costos de producción de la Cooperativa Guillermo Lehmann y de la Unión Agrícola de Avellaneda y para el transporte, la tarifa de referencia de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (CATAC), a la que se le aplicó un descuento del 10%, dado que no siempre se aceptada plenamente, y se convirtió a dólares estadounidenses, según el tipo de cambio promedio de mayo y primera quincena de junio.
En tanto, el precio de referencia utilizado fue el equivalente al promedio de cotizaciones diarias de pizarra del Mercado de Rosario del mes de mayo y primera quincena de junio de este año (u$s 218,1 por tonelada).
A fin de analizar el resultado económico de la campaña sojera, se analizaron casos de producciones con tecnología media-alta, con referencia geográfica en el departamento Las Colonias, y otros, con aplicación de tecnología media baja, en el departamento General Obligado.
Asimismo, el informe especial aclara que para los ejemplos estudiados, no se tomaron en cuenta los aspectos impositivos, sino el resultado en bruto para el productor antes de los impuestos.
El informe señala, en su síntesis, que para los productores de la zona del departamento Las Colonias, los márgenes brutos fueron positivos, tanto en campo propio como en campo arrendado.
Para los primeros, el margen bruto se estimó en u$s/ha 365,6 y u$s/ha 129,6, ya sea si sembraron soja de primera o de segunda, respectivamente. Quienes sembraron sobre campo arrendado, obtuvieron un margen bruto promedio estimado de u$s 147,5 por hectárea, en el caso de siembra de soja temprana y apenas u$s/ha 20,5, quienes sembraron soja tardía
Para el caso de la zona de General Obligadotambién, en promedio, los productores han obtenido márgenes brutos positivos, tanto en campo propio como si optaron por un esquema de arrendamiento. Para los cultivos de primera, el margen bruto de los productores que sembraron en campo propio se estimó en u$s/ha 188,1, mientras que quienes lo hicieron bajo arrendamiento obtuvieron un margen bruto estimado en u$s 83,4 por hectárea. Para los cultivos tardíos estos valores fuer de u$s/ha 114,5 y u$s/ 20,9, respectivamente.
La superficie sembrada con soja en los doce departamentos del centro-norte de la provincia de Santa Fe fue de 1.436.000 hectáreas, según los datos brindados por el Sistema de Estimaciones agrícolas (SEA). Ello constituye un aumento de 74.000 ha (+5,4%) respecto al ciclo previo, y es el tercer registro más elevado desde que el SEA releva los 12 departamentos del centro-norte. De este total, el 62,5% corresponde a soja de primera (897.500 ha), mientras que las restantes 538.500 ha pertenecen a cultivos de siembra tardía.
La superficie final cosechada fue de 1.420.430 ha, con una pérdida de sólo el 1,1% sobre lo implantado. Sin embargo, casi la totalidad de esta pérdida de área se debió a las dificultades climáticas que afectaron a los cultivos de segunda, de los cuales se perdió el 2,8%.
La producción final en la campaña 2019/20 fue de 4,9 millones de toneladas, un registro inédito para la región, y con un aumento respecto a la campaña previa del 16,7%. Ello se logró gracias a un rendimiento promedio, también récord, de 34,7 quintales por hectárea, el cual se ubica un 16,2% por encima del promedio histórico. En cuanto a la soja de primera, la producción final fue de 3,5 Mtn, casi medio millón más que el ciclo 2018/19, y el rendimiento promedio de la región fue de 39,0 qq/ha; nuevamente, ambos registros constituyen máximos desde el comienzo del SEA. Por otro lado, los cultivares de siembra tardía arrojaron un volumen de producto de 1.426.412 toneladas, el segundo mayor registro y un 23,7% por encima de la campaña previa, con un rendimiento promedio para la zona de 27,3 qq/ha, muy por encima del promedio histórico.
Sin embargo, la campaña estuvo marcada por la variabilidad de realidades en los diferentes departamentos, destacándose los departamentos del sur del área de referencia, con rendimientos muy por encima del promedio global. Por otro lado, los departamentos del centro y del norte del área evidenciaron rendimientos muy por debajo del promedio global de la región, con algunos casos con más de 20 quintales de diferencia respecto a los departamentos del sur.
En el ámbito nacional, según los datos presentados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la superficie sembrada con soja fue de 17,4 millones de hectáreas, número similar al de la campaña previa. Al inicio de la campaña las condiciones eran óptimas, y la primera estimación de producción fue de 51,0 Mtn, la cual fue creciendo en los primeros meses del desarrollo del cultivo, llegando hasta las 54,5 millones. Sin embargo, la escasez de lluvias se hizo notar en algunas regiones del país hacia marzo y abril, provocando una disminución en las expectativas que luego se concretó en los hechos.
Finalmente, la producción total del país fue de 49,6 millones de toneladas, un 11,4 % inferior al anterior registro y un 6,5% menor al promedio de las últimas 5 campañas. El rendimiento promedio nacional se ubicó en los 29,4 qq/ha, con una caída del 12,4 % respecto a la campaña previa.
Asimismo, el informe consigna que la producción mundial de la oleaginosa se verá reducida en un 6,5% (-23,4 millones de toneladas) en el ciclo 2019/20, según los datos del departamento de agricultura de los Estados Unidos (USDA), que se explica casi exclusivamente por una caída del 19,8% en la producción estadounidense. Ello generaría una disminución en las exportaciones del país norteamericano de casi 3 millones de toneladas, cayendo al nivel más bajo desde el ciclo 2013/14.
Sin embargo -continúa el trabajo-, las exportaciones mundiales crecerían en 11,0 Mtn, luego de los inconvenientes comerciales ocurridos en el ciclo anterior, y lograrían un
récord de 159,4 Mtn. Con todo ello, los stocks mundiales de la oleaginosa al final del ciclo serían de 99,7 millones de toneladas, según las estimaciones de este organismo, 13,1 millones menos que el ciclo previo, con un ratio stock/consumo de 28,6%, 4 puntos porcentuales menor al del último año.
En cuanto al comportamiento del mercado, el informe especial señala que, luego de llegar a máximos desde 2014 durante el primer semestre de 2018, los precios de pizarra de soja en el mercado de Rosario se encuentran en descenso, a pesar de una corrección en la segunda mitad del año pasado.
Desde comienzo de este año esta disminución se acentuó, en parte con motivo de la crisis internacional por la pandemia, y se llegó, en abril, al promedio mensual más bajo desde diciembre de 2008 (u$s/tn 210,2).
Tomando de referencia el mes de mayo y la primera quincena de junio – periodo de mayor actividad de cosecha de soja en la región – el promedio de cotizaciones diarias en el mercado de Rosario fue de 218,1 dólares por tonelada, u$s 4,4 menos que igual promedio del año pasado (-2,0%).
En cuanto a la comercialización de la cosecha a nivel nacional, ésta tuvo una dinámica atípica. A comienzos de año, la comercialización superaba el 25% de la producción estimada, muy superior a años anteriores. Sin embargo, según los datos a la primera semana de julio, la comercialización de soja alcanza el 47,5% del producto final, lo cual se encuentra por debajo del ratio de los últimos 4 años para esta época.
El informe explica que ello se debió a que hacia finales del 2020 la comercialización anticipada se aceleró por expectativas de un aumento en las alícuotas de derechos de exportación, mientras que con el paso de los meses la misma fue perdiendo fuerza, debido a la caída en los precios y, probablemente, al freno de la economía nacional y mundial generado por la pandemia de Covid-19.
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