l mundo está en alerta por las abejas. El declive de sus poblaciones en Estados Unidos y Europa pone en peligro a los ecosistemas y a la producción de alimentos.
Desde naranjas, arándanos, almendras, manzanas y mangos, hasta calabazas, tomates, kiwis, y sandías, las abejas poseen la habilidad de incrementar en un 25% el rendimiento de los cultivos.
Lamentablemente, las poblaciones de abejas de Europa y América del Norte se ven amenazadas por una serie de fenómenos. El primero de ellos se conoce como “problema de colapso de colonias”, que consiste en la desaparición abrupta de las abejas obreras.
Si bien las causas exactas de este fenómeno se desconocen, se cree que es ocasionado por una combinación de varios sucesos, como la aparición de un virus y el uso de pesticidas. Además de esto, la diversidad de abejas se ve amenazada por la pérdida de su hábitat natural, el cambio climático y las malas prácticas agrícolas.
Las abejas silvestres cumplen un rol determinante a la hora de garantizar buenas cosechas. Los insectos polinizan la mayor parte de las plantas. En este sentido, el 75% de los cultivos de alimentos dependen de este proceso, excepto por el trigo, el arroz o el maíz, que son polinizados por el viento; sin polinización, peligra la seguridad nutritiva del mundo.
Sumado a esto, desde las semillas hasta el pasto, la polinización también es vital para la reproducción de plantas utilizadas en la alimentación del ganado vacuno y de otros animales de la cadena alimentaria.
- La plantación de distintas flores en los jardines permite que las abejas tengan acceso a una dieta rica y variada.
- Las flores silvestres y yuyos en los jardines son un buen alimento para estos insectos.
- Evitando el uso de insecticidas y químicos.
- Construyendo nidos para las abejas.