l funcionario destacó que la acuicultura es una actividad “todavía incipiente en el país” y se hace necesaria la fuerte intervención del estado para poder desarrollar la industria. Recordó que “los principales lugares para la cría en acuicultura son los embalses artificiales que tenemos sobre el río Limay, Alicurá, Piedra del Águila, Pichi Picún Leufú y El Chocón (para cría de salmónidos especialmente), y después el Golfo San Matías (bivalvos y truchas arco iris de agua salada)”. Dijo además que otra zona para la acuicultura es el Alto Valle y Valle Medio con el río Negro y Colorado con aguas más templadas ideales para la cría de otras variedades de peces.
En el marco del programa “Repoblamiento de Especies Exóticas Naturalizadas” se han sembrado recientemente más de 500.000 ejemplares de Truchas Arcoiris, y 60.000 de Trucha Marrón provenientes de Piscicultura tanto de Piedra del Águila, como de Villa Regina.
Este programa posee un gran valor para interiorizar y acercar el conocimiento a la población sobre el ciclo de vida de estos peces para el cuidado y respeto de las poblaciones silvestres con interés en pesca deportiva.
La Provincia cuenta desde hace 4 décadas con una trampa en la desembocadura del Arroyo Ñireco, que resulta ser un desovadero natural de Truchas Arcoiris. Allí se capturan entre junio y septiembre las truchas que remontan este arroyo para ser desovadas e incubadas sus ovas en las pisciculturas que posee la provincia en las inmediaciones de Villa Regina y Piedra del Águila. Estas acciones se llevan a cabo, ya que la temperatura de las aguas de Río Negro, son ideales para la adaptabilidad de la especie, pero no así para su reproducción.
La temporada invernal pasada se desovaron cerca de 700 reproductores con la obtención de cerca de 1.500.000 ovas y ya se sembraron 500 mil juveniles entre el Alto Valle y Valle Medio del Rio Negro en los meses de noviembre, diciembre y enero. Además de estas siembras se sembraron 15.000 juveniles de trucha Arco Iris en la laguna Ñe-Luan en las cercanías de Maquinchao y 60.000 juveniles de trucha Marrón en el río Negro en la zona de Villa Regina.
En cada siembra se promueve y divulga esta actividad de gran impacto para la protección del ecosistema. Estudiantes de escuelas primarias y secundarias han podido participar de esta intervención natural, previamente a la pandemia. Además, cada año se invita a la población en general con el fin de concientizar sobre el cuidado y respeto de estas especies.
Juan Martín Llorens informó que la provincia tiene planteado desarrollar la industria de la acuicultura, que tiene poco avance respecto a la vecina Neuquén en los embalses, que son los lugares adecuados para la actividad, y nulo en la zona marítima.
Mencionó que “hay un montón de seres vivos” que se pueden cultivar en agua, como peces, bivalvos, crustáceos y ranas, entre otros, tanto en agua salada, lo que sería maricultura, como acuicultura de agua dulce.
Explicó que en Río Negro hay un menor desarrollo que en Neuquén por “el poco acceso a los embalses”, en cambio en la provincia vecina tienen la ruta al lado, pero se está avanzando en definir los lugares a concesionar, definir los accesos por vía acuática o terrestre, y hacer la convocatoria al privado.
Indicó que esto implicará algún acuerdo con Nación porque va a ser más fácil sacar la producción por esa jurisdicción. Precisamente para potenciar la actividad acuícola, en octubre del año pasado el ministro de Producción y Agroindustria, Carlos Banacloy, en conjunto con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, y las Cámaras dedicadas a la acuicultura, mantuvieron una reunión para continuar trabajando esta gran iniciativa anclada en construir una cadena de valor enfocada en el abastecimiento alimentario, la generación de puestos de trabajo, e impulsar la actividad dentro del país.
“Llevar a cabo la acuicultura en la provincia es una gran apuesta, ya que existen zonas de gran potencial cuya capacidad de producción, los alcances de las distintas normativas que regulan la actividad, el control de calidad y la preservación de los recursos hídricos son favorables para el ejercicio de esta industria”, señaló Banacloy en ese momento.
Llorens informó que en la parte marítima “no tenemos nada”, con lo cual hay un trabajo prácticamente desde cero, “estudiar los lugares, las corrientes, las temperaturas, definir los lugares específicos para tentar al privado para la cría intensiva de cualquier pez o bivalvo”.
Sobre las truchas y salmónidos, explicó que se introdujeron a principios del siglo XX en el área cordillerana, “hay tres tipos de truchas que se han adaptado, la arco iris, la marrón y fontinalis, y en la zona de Neuquén en el lago Traful, que a veces llega a Alicurá y un poco puede haber en el Nahuel Huapi, se adaptó una variedad de salmón, el salmón salar, que se dice salmón del atlántico”.
Indicó al respecto que las genéticas que se crían están adaptadas para tal fin, se utiliza mejor el alimento, se enferman menos, es decir, “tienen las características para la cría intensiva, las ‘salvajes’ digamos, se crían menos”. Indicó que se puede hacer la cría de trucha, pero para la del salmón habría que importar la genética y hoy está prohibida la importación de salmones.
Respecto a cómo sería el contrato entre la provincia y un privado, adelantó que “en los embalses, en el mar no porque allí hay que empezar de cero, ya está fijado un impacto de carga, es decir, qué tonelaje máximo se puede criar en esas aguas sin cambiar el nivel trófico, y esa producción se va concesionando en partes más pequeñas”.
Informó que “la cría de trucha se hace en piletones en tierra, generalmente son de cemento y rectangulares, o en jaulas flotantes en los embalses; generalmente los piletones son para producciones más chicas y las más grandes se han en jaulas flotantes”.
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