Las mezclas de sustratos tienen propiedades muy diferentes y resultan más adecuados para distintas plantas, así que vale la pena estudiarlos en mayor profundidad para tener mucho más éxito con nuestros cultivos, ya sean huertos o plantas ornamentales.
Qué es el sustrato para plantas
Cuando hablamos de sustratos para plantas, nos referimos a la tierra que usamos para cultivarlas, ya sea en maceta o en el suelo, cuando preparamos y aportamos nosotros mismos la mezcla.
El sustrato tendrá casi siempre propiedades muy distintas de las del suelo natural, y se prepara siempre buscando aportarle al cultivo un medio óptimo de crecimiento y desarrollo, cuidando aspectos como la retención de agua y humedad, la cantidad de materia orgánica presente, el grado de compactación o el nivel de pH.
Tipos de sustratos según sus propiedades
Cuando hablamos de los sustratos según sus propiedades, los dividimos entre químicamente inertes y químicamente activos.
Los sustratos químicamente inertes son sustratos que simplemente dan soporte a la planta, no interviniendo en absoluto en el aporte o fijación de nutrientes. Cuando se usan estos sustratos, los nutrientes deben aportarse a parte.
Los sustratos químicamente activos también actúan como soporte pero además aportan nutrientes o los retienen, almacenando el sobrante y liberándolo cuando la planta lo necesita.
Tipos de sustratos según los materiales
Si nos fijamos en el origen de los materiales que los componen, diferenciamos sustratos orgánicos de sustratos minerales o inorgánicos.
Hay varios tipos de sustratos orgánicos, que son los de origen natural como las turbas, los de síntesis como el poliestireno expandido y los subproductos o residuos que, una vez compostados, son válidos para su uso, como el serrín, los restos de poda, los lodos de depuración de aguas, etc.
También hay distintos tipos de sustratos inorgánicos, según si son de origen natural como la arena y la grava, transformados como la perlita y la arcilla expandida, o, de nuevo, residuos como las escorias de altos hornos.
Tipos de sustratos naturales
Estos son algunos de los sustratos naturales más usados:
- Agua: El sustrato para hidroponía es, en muchas ocasiones, simple agua. Todas las plantas necesitan agua para sobrevivir, pero en las instalaciones adecuadas esta puede ser utilizada también como sustrato.
- Arenas: Las arenas tienen una capacidad media de retención de agua y se compactan con el tiempo, aunque son de gran durabilidad. Debido a su granulometría ideal, de entre 0.5 y 2mm, se mezclan comúnmente con turba para preparar sustratos para macetas.
- Gravas: Las gravas tienen un diámetro de entre 5 mm y 15 mm. Las gravas más usadas como sustrato para plantas son las de piedra pómez y cuarzo. El sustrato hecho con piedra pómez o pómice, también es conocido como tepojal.
- Tierra volcánica: Cuando se usa material de origen volcánico sin tratar, encontramos sustratos porosos con pH levemente ácido, que proporciona una gran aireación y baja retención de agua. Son difíciles de trabajar debido a su heterogeneidad.
- Turbas: Producto de la descomposición natural vegetal a lo largo de mucho tiempo, las turbas se clasifican en negras y rubias. Las últimas son más ricas en materia orgánica y tienen mejor aireación y capacidad de retención de agua, por lo que muchas veces se mezclan ambas.
- Corteza de pino: Procedente en su mayor parte de la industria maderera, es un sustrato que se usa crudo o compostado, siendo preferible este último. El sustrato de corteza de pino es ligero, con una gran porosidad y aireación, que tiende a una acidez ligera.
- Fibra de coco: La fibra de coco es uno de los sustratos para semilleros más usados, especialmente cuando se combina con turba y se le aporta materia orgánica. Es muy ligera y hay que lavarla de sales antes de su uso.
Tipos de sustratos artificiales
Los sustratos artificiales más usados son los siguientes:
- Perlita: Roca silícea volcánica sometida a temperaturas de entre 1.000 y 1.200 ºC, la perlita resulta un sustrato de baja densidad, con una enorme capacidad de retención de agua. Es de durabilidad limitada y de pH neutro, y tiende a mezclarse con otros sustratos como la turba para mejorar sus propiedades.
- Lana de roca: Se obtiene al fundir rocas basálticas, calcáreas y carbón de coke a una temperatura de más de 1.600 ºC. Se obtiene un material homogéneo, inerte y fácil de manipular, que proporciona buen aireamiento y retención de agua, pero de durabilidad aún más limitada que la perlita: dura alrededor de 3 años.
- Vermiculita: Parecida a la perlita, la vermiculita es de grano más fino y se obtiene exfoliando micas a más de 800 ºC. Tiene una gran capacidad de aireación y de retención de agua, pero tiende a compactarse con el tiempo.
- Arcilla expandida: Cuando se tratan nódulos de tipo arcilloso por encima de los 100 ºC obtenemos estas bolas de entre 2 mm y 10 mm de diámetro, de exterior duro y gran capacidad de aireación. Retiene poca agua y tiende a mezclarse con turbas para mejorar el drenaje del sustrato.
- Poliestireno expandido: Se trata de un plástico troceado en grumos de entre 4 mm y 12 mm y de color blanco. Es de densidad extraordinariamente baja y proporciona muy buen aireamiento además de poca capacidad de retención de agua. Se añade a sustratos compactos como la turba para mejorar su aireación.
Ecología Verde
