n la última edición del simposio “Del sur al mundo 2030” imaginó en base a datos concretos la situación pos-pandemia del mercado mundial de legumbres.
“En la medida que aumente la crisis en el mundo, aumentará el consumo de legumbres. Por precio, reemplazando a las proteínas cárnicas. Además, se suma a una creciente conciencia en salubridad que hace que la población decida comer menos grasa y calorías. Ya se vislumbra que el comercio mundial de legumbres crecerá un 10%”, evaluó Poletti.
El analista informó que la India y Pakistán son mercados bien desarrollados con un consumo que alcanza los 18 kilos por habitante por año, pero cree que “la gran aspiradora” será China.
“Tengamos en cuenta que, en 2010, China empezó a importar arvejas -antes las exportaba- y pasó de comprarle 200.000 toneladas a 2.300.000 este año a Canadá”, significó Poletti.
Con los porotos avizora un panorama similar: En 2011 China pasó de ser exportadora a importadora. “Y allí la Argentina puede jugar un papel fundamental, porque no existe un jugador tan fuerte en el mundo en relación a lo producido y consumido en el mercado local”, determinó.
Hoy el ‘boom’ de demanda china está en el poroto mung, aquel conocido aquí por su destino como brote de soja. “Los chinos consumen 600 a 700 mil toneladas anuales y en los últimos cuatro años pasaron de importar 16 a 120 mil toneladas de mung”, apuntó Poletti.
“Esta es una gran alternativa que se puede aprovechar del norte de Córdoba hacia el norte del país. Pudiendo diversificar cultivos y riesgos”, señaló el especialista.
Poletti, por último, señaló la importancia de adecuar protocolos fitosanitarios que permitan dicha expansión en el mercado internacional. Hoy la cadena legumbrera exporta de 400 a 600 millones de dólares anuales y de ella participan de 150 a 180 Pymes que pueden fortalecerse si se hacen bien las cosas.
Bichos de Campo