or esa razón, la Cámara de Legumbres (CLERA) realizó un pedido a las autoridades para identificar con claridad los matices de cada producto a través de habilitar nuevas partidas o posiciones arancelarias. Según la entidad, esta división “contribuirá a una mejor y más correcta identificación de las exportaciones de legumbres de nuestro país”.
“Después de diferentes gestiones llevadas a cabo en lo que va del año por nuestra cámara, con el trabajo y colaboración del Ministerio de Agricultura, la Dirección General de Aduanas y el Senasa, fue posible concluir en la resolución correspondiente para la apertura de nuevas partidas arancelarias para arvejas y garbanzos”, celebró la cámara de productores.
CLERA recordó que el complejo legumbres exportó en 2019 más de 460 millones de dólares a 90 destinos del mundo.
“Celebramos la atención que nos han prestado los diferentes referentes del Estado en este trabajo mancomunado, lo que redundará en una mayor eficiencia comercial sectorial, con el consecuente incremento de ingresos de divisas al país”, indicó un comunicado.
Luego se explicó que, en el caso de la arveja, hasta hoy existía una única posición arancelaria que no permitía diferenciar a las dos variedades: la arveja verde y la arveja amarilla.
Ambos tipos tienen, mercados sumamente diferenciados. El principal mercado de la arveja verde es la industria del enlatado, mientras que la variedad amarilla se destina al mercado de ingredientes alimenticios, consumo forrajero y mercados de menor poder adquisitivo.
La apertura de nuevas posiciones, según la CLERA, “permitirá la diferenciación de los precios FOB de referencia de cada una de ellas, evitando distorsiones por diferenciales de precios entre ambos mercados”.
Hasta ahora los precios índices respondían a las operaciones de las arvejas tipo verdes, cuyo valor al ser mayor imponía un arancel adicional también a la arveja amarilla, impidiendo “en muchos casos la concreción de operaciones de exportación”.
También se podrá comenzar a diferenciar los diferentes calibres de garbanzos que Argentina exporta, lo que “en definitiva significa distinguir sus tamaños y sus calidades permitiendo el correcto análisis segmentado”, se explicó.
La Argentina exportó en 2019 más de 106.000 toneladas de garbanzos, por valores superiores a los 50 millones de dólares, a más de 55 diferentes países.
“La segmentación por tamaño nos permitirá conocer las coincidencias de usos y destinos, ya que los garbanzos partidos o menores a 7 milímetros son usualmente destinados a molienda, es decir a la producción de harinas, mientras que los de 7 milímetros se destinan fundamentalmente a la producción de hummus, el de 8 milímetros para los paquetes y los de 9 milímetros para “roasting” (asados) o paquetes”, se enumeró.
Para la cámara de legumbreros, “estos usos tan diferenciados justifican su exportación a distintos mercados y a diferentes precios. De no haber diferenciación “significa muchas veces la imposibilidad de exportarlos, cuando su comercialización en el mercado interno es compleja por falta de demanda y valores muy inferiores a los obtenibles en el mercado mundial”.
Bichos de Campo