e trata de seis tortugas de tierra (Chelonoides chilensis) y una de agua (Trachemys dorbigni) Ambas especies están categorizadas como vulnerables, debido a la disminución de sus poblaciones silvestres, principalmente, por la pérdida de hábitat y por su extracción para venderlas en el mercado ilegal de fauna.
En un trabajo en conjunto entre la Secretaría de Medio Ambiente y Parques y la Policía Ambiental recuperaron siete tortugas que habían sido extraídas de su ambiente natural. La tenencia de cualquier animal silvestre está prohibida por ley, la cual prevé sanciones económicas para el infractor. A su vez, en caso de constatarse maltrato, pueden caber sanciones penales a través de la normativa nacional de Maltrato Animal.
Es importante tener presente que en Argentina no existen criaderos de tortugas de tierra habilitados, por lo que toda tortuga que vemos a la venta o en una casa fue extraída de su ambiente natural con la consecuente pérdida para su especie y su ambiente.
En el caso de la tortuga terrestre se trata de una especie nativa de nuestra provincia y es el reptil autóctono vivo más comercializado en el mercado ilegal de mascotas del país. Pese a lo que se cree popularmente, la tortuga de tierra no es un animal doméstico, sino que es un habitante natural de nuestros montes, cuyas poblaciones se han reducido drásticamente debido a la extracción para la venta ilegal como mascota.
Por otro lado, la tortuga de agua, conocida como tortuga pintada, es exótica para nuestra provincia, siendo originaria del litoral, en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, y Corrientes, donde habita en ríos y arroyos. Después de la tortuga de tierra, esta es la segunda especie de reptil más comercializada en el mercado ilegal, lo cual ha llevado a una importante reducción de sus poblaciones naturales.
Las tortugas criadas en casas de familia suelen sufrir importantes deficiencias nutricionales por lo limitado de la dieta, estudios realizados en poblaciones silvestres muestran que en su ambiente natural estos animales consumen hojas, flores, frutos y tallos de 14 familias diferentes de plantas, además de consumir ocasionalmente trocitos de hueso.
Lo limitado de las dietas domésticas se traduce en caparazones blandos, hipotiroidismo, excesos de calcificación, malformaciones y debilidad en las patas. La alteración de los ciclos naturales de hibernación por la manipulación y las molestias constantes, la elevada humedad ambiente y la vida en sustratos inadecuados (ladrillo, baldosa, cemento) suele ocasionarles estrés y enfermedades graves tales como salmonelosis, gota, micosis, fungosis y úlceras. A su vez, las tortugas, al igual que otros reptiles, pueden transmitir a los humanos la salmonelosis, por el simple contacto con la piel del animal.
La lucha contra el mascotismo y la venta ilegal de animales silvestres es responsabilidad de todos, es por esto que si se tiene conocimiento de alguien que posee ejemplares de manera ilegal, o trafica con ellos, se debe comunicar al Área de Flora y Fauna de la Secretaría de Medio Ambiente y Parques, a los teléfonos 0266 –4452000 internos 3372 o 3298, o llamar a la Policía Ambiental al 911.