n equipo científicos internacionales llegará a Bolivia con la misión de salvar a la rana gigante del lago Titicaca (Telmatobius culeus). La avanzada esta compuesta por expertos del Museo de Ciencias y el Museo de Historia Natural, ambos de Bolivia; la Universidad Cayetano Heredia, de Perú; la Pontificia Universidad Católica de Ecuador; el Zoológico de Denver, Estados Unidos, y la organización sin fines de lucro NaturalWay.
El anfibio es uno de los más grandes del mundo y solo vive en las aguas del lago Titicaca, que se extiende a ambos lados de la frontera entre Perú y Bolivia.
El rescate cuenta con el respaldo de los gobiernos peruano y boliviano, así como del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La rana está amenazada por la contaminación generada por la minería y también por su uso en la medicina tradicional de ambos países.
Los científicos estudiarán el hábitat de la rana gigante y también llevarán a cabo análisis genéticos para descubrir cómo proteger mejor la especie.
La rana vive toda su vida en las aguas del lago Titicaca y en algunas lagunas cercanas. Tiene una piel holgada que se ondula alrededor de su cuerpo en pliegues, lo que le valió el apodo de “rana escroto”.
Los científicos piensan que las protuberancias de la piel ayudan a las ranas a absorber más oxígeno en el agua del lago, que se encuentra a una altura de 3.800 m sobre el nivel medio del mar.
En 2016, miles de ranas fueron encontradas muertas a orillas de un afluente del lago Titicaca. Se pensó que la contaminación generada por la agricultura y los plásticos causó la muerte masiva.
Pero las ranas también son cazadas, pues se cree erróneamente que son afrodisíacas. Son usadas en una bebida llamada “jugo de rana” que se vende en algunos mercados locales y algunas partes de su cuerpo también se usan como amuletos.
La inusual piel a veces es empleada para fabricar pequeñas bolsas artesanales, mientras que las piernas se comen asadas o a la parrilla.
Red Uno