Las compañías estadounidenses gastan U$S87.600 millones al año en la capacitación de sus empleados en el lugar de trabajo, según la plataforma de datos Statista; es decir que, y ningún empleador va a negar esto, capacitar a los empleados es sumamente costoso. A su vez, estos últimos buscan compañías que apoyen su crecimiento. En consecuencia, la capacitación es esencial, pero cuando se ajustan los presupuestos de una empresa, suele ser el primer ítem a recortar.
Contar con una fuerza laboral fuerte, combinada con la formación en el trabajo, puede hacer que la capacitación sea menos intensiva y consuma menos tiempo. Algunas formas de empoderar a los empleados para aprender y compartir el conocimiento sin hacer peligrar la salud financiera de la empresa son:
- Contratar lenta y selectivamente: siempre que sea posible, lo mejor es tomarse el tiempo necesario a la hora de sumar nuevos empleados. Lo ideal es buscar gente que comparta los valores de la empresa y estar atentos a postulantes amables, curiosos o conocedores, aún a riesgo de que no cuente con todas las capacidades que se están buscando; siempre es preferible contratar a alguien en función de la actitud, y después crear programas internos para alimentar el talento y cubrir los ítems faltantes.
- Alentar la tutoría dentro de la compañía: la colaboración efectiva a escala de toda la organización –que atraviesa funciones, perspectivas y niveles– puede generar más energía, creatividad y productividad, y llevar a que los empleados sean más felices, tengan menos estrés y estén más comprometidos con la empresa. Al mismo tiempo, es importante no sobrecargar a los empleados con cargos jerárquicos más importantes; lo mejor es asegurarse de que los tutores no estén sobrecargados y que aún pueden hacer las tareas que les gustan.
- Atender las necesidades individuales: en vez de invertir en esfuerzos de capacitación amplios que abarcan a toda la compañía, una opción es considerar un enfoque que responda más a las necesidades; por ejemplo, enviando a los empleados a cursos, sesiones o eventos de nicho. Otra opción es traer consultores especializados para trabajar con un equipo central y después pedirles a los participantes que compartan lo que aprendieron a través de presentaciones o colaboraciones específicas para determinados proyectos.