El carbunclo es una enfermedad causada por la bacteria Bacillus anthracis que origina toxinas sumamente potentes, provocando altos índices de mortalidad en rumiantes. Aunque la mayor parte de los mamíferos son sensibles a ella, es una enfermedad típica de los rumiantes que puede ser transmitida al hombre. A su vez, los carnívoros pueden adquirir la infección si consumen la carne de un animal infectado.
Por otro lado, en contacto con el oxígeno, la bacteria produce esporas sumamente resistentes que, favorecidas por precipitaciones abundantes y altas temperaturas, sobreviven durante años en el suelo, la lana o el pelo de los animales infectados. A su vez, las esporas pueden penetrar en el cuerpo de un animal por ingestión, inhalación o a través de heridas en la piel, donde germinan y causan la enfermedad.
El período de incubación en bovinos es de veinte días y no existe evidencia científica de que los animales transmitan esta enfermedad antes de la aparición de los primeros signos clínicos y patológicos de la misma. Algunos de estos síntomas son: fiebre alta, temblores musculares, dificultad para respirar, trastornos digestivos, cólico, depresión e hinchazón. El carbunclo puede diagnosticarse mediante un examen de sangre o de otros tejidos.
Para su prevención, Julio Cesar Caione, director del Laboratorio 9 de Julio, recomendó: “Debido a que las esporas son la forma de resistencia de la bacteria en el ambiente, donde puede sobrevivir por más de 50 años, la vacunación anual del ganado es la medida más eficaz para su control. Como medida preventiva deben usarse guantes para las tareas de campo y no compartir los cuchillos que se emplean para los trabajos con los de la vivienda. Se recomienda no manipular animales con signos de estar enfermos o muertos. Es esencial eliminar de modo adecuado los animales muertos; el cadáver no debe ser abierto, ya que la exposición al oxígeno permitirá que se formen las esporas. Los establecimientos en que se manifieste la enfermedad se pondrán en cuarentena hasta que se haya vacunado todos los animales sensibles y eliminado todos los cadáveres”.
Asimismo, Caione remarcó: “La limpieza y la desinfección son tan importantes como el control de insectos y roedores. Aunque la terapia con antibiótico sea bastante eficaz contra el carbunclo bacteridiano, el curso clínico suele ser tan rápido que a veces no es posible tratar a los animales afectados. La detección oportuna de los focos, la puesta en cuarentena de los establecimientos afectados, la destrucción de los animales enfermos y fómites, y la implementación de procedimientos sanitarios adecuados garantizan el control de la enfermedad”.