e pareció interesante volver a usar productos que nuestros abuelos estaban acostumbrados a consumir”, dice Alejandro Luchetti, chef y dueño de Tree Compañía de Cocina, en alusión a su preferencia por la carne de conejo. “Además de ser súper rico y sano, alto en proteínas y bajo en grasas, es muy versátil y se pueden hacer platos muy sabrosos”, agrega.
Al momento de elegir el conejo para consumir, Luchetti sugiere tratar de identificar la frescura. “La carne es muy sensible, así que si estuvo congelado, usualmente se nota en el color. Lo ideal es que sea rosa claro”, aconseja. El conejo más común es el mediano, de raza neozelandesa o californiana.
A la hora de trozarlo, el cocinero explica que “lo primero que hay que entender son las diferentes partes. Primero se le sacan las vísceras, que pueden utilizarse para otros platos. A la hora de separarlo, van primero las patas traseras, patas delanteras, costillas y lomo”.
Aunque Luchetti asegura que va bien con muchas verduras, propone acompañarlo con los sabores del hinojo, la zanahoria, el boniato, el puerro y el cacao.
Para el invierno, el cocinero propone estofar la carne para degustarla bien caliente. “Me encanta estofar el conejo con verduras, mucho vino blanco y caldo de pollo. Para este plato elijo las patas traseras y las paletas”, cuenta Luchetti.
El tipo de cocción dependerá de qué parte del conejo se vaya a utilizar. “Para las costillas, la sartén es ideal, lo mismo que para el lomo. Si la idea es hacerlo al horno o a la parrilla, me gusta deshuesarlo completamente sin separar las diferentes partes. Luego, rellenarlo y atarlo como si fuese un matambre para finalmente envolverlo en panceta ahumada o jamón crudo”, detalla el chef.