a actividad turística fue de las más castigadas en tiempos de pandemia. Después de un año en ralentí, hay que retomar la actividad con protocolos y medidas sanitarias.
Santa Cruz Produce relevó cómo la están llevando adelante, este año tan particular, algunas de las estancias que tienen al turismo como alternativa económica.
En Santa Cruz hay muchas estancias que ofrecen un circuito de turismo rural, lugares donde gente de todo el mundo llega para relajarse mentalmente, con paisajes alucinantes, caminatas, trekking, recorridas y, por supuesto, comer bien, platos típicos de la provincia.
En Santa Cruz son varias las estancias que hacen turismo rural como alternativa
El turismo rural ha sido en algunos casos un complemento para establecimientos familiares (muchos de ellos centenarios) que buscan compartir el quehacer campero, las tradiciones y paisajes maravillosos, con un descanso sin igual.
El turismo rural ha sido complemento económico para establecimientos familiares y pioneros.
Este verano, han tenido que rebuscárselas para sobrevivir sin los turistas extranjeros, que representaban gran parte de los visitantes de estas tierras remotas.
“Nosotros arrancamos en días antes de Navidad, cuando se aclaró el panorama, primero se hizo un simulacro con gente de Río Gallegos y después recibimos visitantes de todo el país”, contó a SCP Adolfo Jansma, administrador de Nibepo Aike, una estancia ubicada dentro del Parque Nacional Los Glaciares.
“Estamos lejos de las 30 personas que recibíamos por día en temporadas normales, hoy son 4-5, y en la hostería algunos días tenemos gente, otros no”, relató. Jansma estima que la temporada cerrará con un 15% de los visitantes de años anteriores.
“Abrimos el 31 de diciembre, con mucha incertidumbre, va a ser una temporada corta, intensa y compleja, pero estamos en turismo desde 1972 y no vamos a aflojar”, contó Ariela Aristizábal, de la Estancia 25 de Mayo, pionera en turismo rural, que tiene su antiguo casco a pocos metros del centro de El Calafate. Sus bisabuelos llegaron a la zona en 1917 y hoy ya están sus hijos en el negocio.
Dentro de la Estancia 25 de Mayo está también el hotel de campo Kau Yatún. “No sabemos si vamos a trabajar sólo por 60 días o si vamos a poder seguir un tiempo más” ante la falta de volumen de tráfico aéreo internacional.
Aristizábal dejó un mensaje más allá de la pandemia: “En Patagonia, somos hijos de pioneros, no de millonarios, y creemos firmemente que producción, preservación y turismo pueden convivir, y la gente que nos visita tiene que saber que la vida rural es un condimento importante, por eso nos esforzamos en mostrarle una esquila y un hilado, así como la vegetación y lo que producimos”.
Mucho más al norte, entre los lagos Pueyrredón y Posadas, también sobre el oeste santacruceño, está la hostería “Lagos del Furioso”. “Va a ser una temporada compacta, abrimos el 28 de diciembre, por un lapso de dos meses, que es lo que pensamos que podíamos aguantar si nos iba mal, no nos animamos a estirarla”, contó Gregorio Cramer, hijo de Ana Bas y Jorge Cramer, que en 1993 abrieron la hostería.
“Estamos un poco más arriba de lo que esperábamos en este contexto de pandemia, y con un cambio en el formato porque antes los turistas se quedaban 2-3 días y seguían para conocer otra estancia o lugar, y ahora se quedan más tiempo, 6-7 días para no andar moviéndose tanto”, contó Cramer, quien anticipó que los visita gente de todo el país, pocos de la provincia.
“Cuando vos estás preparado para recibir turismo internacional, con determinada estructura, no es fácil traer equipamiento y servicios a estos lugares remotos”, contó.
Distinta es la suerte de la Estancia Chali Aike, ubicada en el centro-sur de la provincia. Trabajaba el 99.9% con turistas extranjeros.
“Nuestro último grupo fue en febrero de 2020 y esta temporada decidimos no abrir, después de 30 años nos tomamos uno sabático,”. Pero “como hacemos todo los que estamos en la estancia, tampoco nos complica demasiado”, bromea Gonzalo Sánchez, administrador de la Estancia.
Así como él, otros sitios que viven sólo del turismo extranjero no han abierto las puertas.
“Turismo, por esta temporada, imposible”, sentencia “Tonchi” Kusanovic, propietario de la estancia La Angostura, al norte de Gobernador Gregores sobre la ex ruta 40, en la margen norte del Lago Argentino. “
Teníamos reservas para octubre, para noviembre, para primeros días de diciembre, casi todas de extranjeros, pero, así como entraban se caían, y para no estar toda la temporada así en incertidumbre decidimos no abrir”, contó Kusanovic, quien calcula que si todo anda bien abrirán en octubre de este año.
“En este año durísimo, nos ocupamos de proteger los puestos de trabajo, con distintas líneas de ayuda. Pero también trabajamos mucho para mantener nuestros destinos vivos en el imaginario de los viajeros” señaló la secretaria de Turismo, Valeria Pellizza. Y aclaró que se procuró una “apertura gradual y responsable, acorde con el escenario de emergencia sanitaria”, cerró.
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