ano, dulce y jugoso, las características del durazno nos invitan a degustar esta fruta deliciosa que florece en primavera y se cosecha en verano. No solo es un manjar, sino que además posee propiedades nutritivas (tiene bajas calorías, muchas vitaminas y minerales), es refrescante y es ideal para incorporar en preparaciones como postres, licuados y mermeladas.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda la ingesta de esta fruta de nuestra producción nacional –cuyo cultivo controla en cuanto a sanidad, inocuidad y calidad–. Las normas elaboradas por el organismo sobre buenas prácticas agrícolas e higiene para frutas y hortalizas favorecen que este producto inocuo –cultivado en forma segura, cuidando el ambiente y la salud de los trabajadores– llegue a personas consumidoras alrededor del mundo.
La provincia de Mendoza concentra el 83% de la producción de duraznos del país por sus características climáticas propicias para el cultivo. En aproximadamente 6000 hectáreas implantadas, se trabaja con árboles de tamaño mediano y longevo.
San Rafael, General Alvear, Valle de Uco y el Este mendocino son las principales zonas del país que producen una de las frutas más ricas que existen a través de plantas industriales y empaques de fruta fresca, que el Senasa registra y habilita, y en donde controla las condiciones necesarias de acondicionamiento y procesamiento.
Asimismo, la región Patagónica concentra el cultivo de duraznos, caracterizado por una producción tardía debido a su latitud, en las provincias de Río Negro y Neuquén con 750 hectáreas implantadas. El Programa Nacional de Control y Erradicación de las Moscas de los Frutos (PROCEM) del Senasa trabaja en ambas regiones para reducir el impacto socioeconómico ocasionado por esta plaga, a través del monitoreo, la prevención y el control.
El material vegetal utilizado para comenzar estas plantaciones es un punto clave, por eso proviene de viveros que también son controlados y regulados por el Senasa.
Los viveros deben estar inscriptos en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación, Micropropagación y/o Multiplicación Vegetal (Renfo) y, los establecimientos productores, en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa). La identificación del origen del material de propagación es importante dado que, ante la aparición de un problema fitosanitario en el cultivo, permite tomar medidas que eviten la dispersión de plagas.
La Argentina se encuentra entre los tres principales oferentes de durazno del hemisferio sur, por lo que ha logrado que sus productos ingresen en los mercados del hemisferio norte en contraestación. El resultado de esta cadena productiva posiciona a nuestro país entre los principales productores a nivel mundial con más de 100 mil toneladas anuales (producción para industria y fresco) y específicamente como sexto productor mundial de duraznos en lata. En este sentido el rol del Senasa es clave, ya que controla la sanidad e inocuidad del producto que se exporta e interviene en la importación de material vegetal para viveros.
La producción argentina de duraznos se reparte en la industria (+60%), el consumo en fresco (+30%) y la exportación en fresco (+1%). Los principales destinos de la industrialización son el durazno en conserva (en mitades comunes, cubeteados, ensaladas de frutas o coctel de frutas) y las pulpas que se destinan, en su mayoría, al mercado externo y se usan en bebidas saborizadas, gaseosas y dulces.
Durante 2020, la Argentina exportó 2.3 mil tn de durazno fresco, cuyos principales destinos fueron Brasil (1583 tn), Paraguay (543 tn) y Bolivia (201 tn).
Al mismo tiempo, una gran parte de la producción de duraznos se encuentra disponible para el mercado interno.
Desde el Senasa se brindan algunas recomendaciones para que las personas en Argentina realicen una buena elección a la hora de comprar duraznos:
Adquiera frutos sin magulladuras y suaves al tacto.
Si están demasiado blandos, es que pasaron el punto de maduración ¡pero sirven para preparar mermelada!
Quien cuente con un árbol de durazno, tenga en cuenta que, por la delicadeza del fruto, la recolección tiene que hacerse a mano. Aproveche toda su producción, realice varias cosechas en función de la
maduración y no deje fruta en el suelo ya que puede favorecer al desarrollo de distintas plagas.
En definitiva, el Senasa acompaña a la producción nacional de duraznos para que, a través de su inocuidad, calidad y sanidad, este fruto continúe afianzando su potencial productivo, fortalezca las economías regionales y aumente su presencia ante las personas consumidoras de todo el mundo.
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