En los últimos cinco años, se duplicó el consumo de alimentos orgánicos. Poco a poco, fueron pasando de la dietética a las ferias barriales, supermercados y hasta los restaurantes.
Una reciente encuesta nacional de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y de la consultora Voices reveló que el 46% de los consultados consumió productos orgánicos en el último año, el doble que hace un lustro. “Si bien tienen un costo más elevado y una vida útil más corta, los sabores son más reales, los colores más naturales y las texturas más agradables”, aseguran los expertos.
Según MAPO (Movimiento Argentino para la Producción Orgánica), la superficie orgánica cosechada creció un 5% entre 2017 y 2018, y la destinada a ganadería subió un 14%. En tanto, la cantidad de establecimientos que se certificaron como orgánicos subió un 18%, y las exportaciones aumentaron un 12%.
En el mundo, el 3% de todo lo que se come es orgánico. En Estados Unidos, que es el país que más consume, el consumo de productos orgánicos representa el 12%; en cambio, en la Argentina no llega al 2%.
Actualmente, hay muchos alimentos orgánicos entre los que podemos destacar: frutas y vegetales, productos cárnicos (Ej. pollos orgánicos), huevos, yerbas, mieles, conservas, vinagres, mayonesas y hasta chimichurris.
Para saber si un producto es orgánico, el consumidor puede verificar que tenga el logo de “Orgánico Argentina” acompañado del número de registro de la certificadora: en Argentina hay cuatro certificadoras de productos orgánicos. Además, el producto puede estar rotulado como “Orgánico”, “Ecológico”, “Biológico”, “Eco” o “Bio”.