l trigo es el cultivo más extendido en el planeta y el segundo en volumen detrás del maíz. Se produce en los cinco continentes y es el primer eslabón de una extensa cadena agroindustrial que llega a conformar una amplia gama de productos de altísimo valor que van desde las tostadas del desayuno, las dietas de la vacas, la pasta de la nona, o la torta de casamiento
Sin embargo su producción se encuentra bajo amenaza. Los expertos en ciencias agrícolas y climáticas vienen advirtiendo en las últimas décadas que los eventos climáticos extremos, como las sequías severas con frecuentes olas de calor, afectan la producción de los principales cultivos alimentarios básicos como el trigo, lo que provoca una grave amenaza para la seguridad alimentaria.
Esto lleva a que los científicos continuamente estén buscando nuevos cultivos que puedan adaptarse mejor a estas circunstancias. En esta línea, un equipo internacional, dirigido por Wolfram Weckwerth de la Universidad de Viena, ha tomado una visión fisiológica y molecular comparativa del trigo y el mijo perla (Pennisetum glaucum) bajo estrés por sequía, explicando cómo el mijo perla puede destacarse en este escenario de caos climático que se avecina mejor que el trigo. El estudio ha sido publicado en Plant Science.
«El mijo perla es un cereal esencial que contiene los mismos o mejores nutrientes que el trigo y con mayores cantidades de zinc y hierro», dijo Wolfram Weckwerth del Departamento de Ecología Funcional y Evolutiva de la Universidad de Viena y líder del estudio.
En su laboratorio de Biología de Sistemas Moleculares (MOSYS) y el Centro de Metabolómica de Viena (VIME) de la Universidad de Viena, analizó de cerca la resistencia superior de los cultivos a la sequía y el estrés por calor, junto con un equipo internacional de la Universidad de Oviedo (España), el Instituto Nacional de Biología, Ljubljana (Eslovenia), IROST Teherán (Irán) y el equipo CEGSB ICRISAT (India).
Cuando se trata de la resiliencia a los factores de estrés climático, los recursos hídricos son el parámetro crítico, pero también el calor, especialmente en períodos prolongados de sequía. Además, un aumento de la biodiversidad en la agricultura mejoraría la resiliencia de los procesos agrícolas a estos dramáticos cambios climáticos.
«El mijo perla es una excelente alternativa que puede proporcionar nutrición sin la necesidad de demasiada agua y una resistencia mucho mayor al calor y a la sequía en comparación con el trigo, el arroz y el maíz. Los programas de investigación y los esfuerzos políticos son necesarios para hacer que estos cultivos subutilizados estén disponibles en comparación con el enfoque en solo tres o cuatro cultivos básicos importantes en el mundo, a fin de garantizar la seguridad alimentaria», destaca Weckwerth.
«Casi el 40% de nuestras calorías diarias dependen de tres cereales (trigo, arroz y maíz) que requieren más recursos que el mijo perla», explica Palak Chaturvedi, codirector del estudio. «Es el momento de pensar en cultivos climáticamente inteligentes, y el mijo perla tiene esa capacidad y las propiedades nutricionales para calificarlo como tal».
En este estudio, él y el equipo han dilucidado los procesos de resistencia del mijo perla al estrés por sequía. Esta información se puede utilizar para mejorar líneas cada vez más tolerantes a la sequía tanto en mijo perla como en trigo.
Además, el documento proporciona una visión comparativa de las proteínas fotosintéticas C3 y C4, las proteínas biosintéticas y las proteínas SGR y senescentes que son esenciales para sobrevivir a las duras condiciones climáticas.
Arindam Ghatak, primer autor del estudio, destaca la importancia de los otros análisis moleculares en el flujo del dogma central, es decir, el ARN, las proteínas y los metabolitos y su correlación con el rasgo fisiológico. Explica que la cría asistida basada en el genoma solo es capaz de cubrir el 30-40% de la varianza fenotípica según los estudios más recientes de GWAS. «Hay muchos procesos que no son predecibles por la información del genoma, especialmente la traducción y actividad de las proteínas, que es crucial para las respuestas fenotípicas y la supervivencia de las plantas bajo estrés severo», destacó.
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