l precio del café ha estado rondando en cerca de un dólar durante dos años y medio; no ha alcanzado los US$1,50 desde 2016. La crisis de precios ha sido una amenaza constante para los medios de vida de los productores. Y ahora, Guatemala ha anunciado sus planes de abandonar la Organización Internacional del Café debido a su inacción ante la crisis”, expresó Zac Cadwalader, gerente de Sprudge Media Network.
El país centroamericano ha comenzado el proceso de abandonar la Organización Internacional del Café (ICO, por sus siglas en inglés), alegando “preocupaciones por la caída de los precios del producto”. Compuesta por 43 países productores y 33 países importadores, la ICO representa el 99% de la producción mundial de café y el 67% de su consumo. Según su sitio web, el objetivo es “fortalecer el sector cafetero mundial y promover su expansión sostenible en un entorno basado en el mercado, para el mejoramiento de todos los participantes en el sector cafetero”.
Sin embargo, algunos funcionarios guatemaltecos consideran que la ICO no ha hecho lo suficiente para este fin. “Había perdido el rumbo”, afirma Ricardo Arenas, jefe de la junta directiva de la Asociación Nacional del Café de Guatemala (Anacafe). “Ha tenido que ser reestructurado”, agrega.
Tal como comenta Cadwalader, muchos de los pequeños agricultores del país, que son el 97% de los productores guatemaltecos, “sufrieron pérdidas en la cosecha actual”, a pesar de que se pagaron puntos de precio superiores por sus cafés.
Aunque Guatemala no ha emitido una declaración oficial de retiro, la ICO expresó su deseo de que Guatemala permanezca y “trabaje con otros miembros para desarrollar un nuevo pacto”. No obstante, desde la organización señalaron que no pueden regular el mercado, por lo que no tienen un control real sobre el precio al que se vende el café.