sto es una excelente noticia ya que se destaca por su cosecha temprana y permite ingresar al mercado de forma anticipada, entre 30 y 40 días antes que con los cultivares tradicionales. San Juan y Mendoza aportan el 95% del ajo producido en el país, según datos de la Dirección Nacional de Alimentos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
El INTA La Consulta trabaja desde 1989 con productores ajeros. “En ese entonces, no había variedades inscriptas y se trabajaba con semillas de baja calidad. Se comenzó con un programa de selección para mejoramiento genético y comenzaron a originarse variedades nuevas”, dijo Silvina Lanzavecchia, investigadora del INTA de esa localidad.
Aylin INTA se caracteriza por ser una planta con un ciclo vegetativo comercial de 240 días y un período de cosecha que se da alrededor del 15 de noviembre. Sus hojas más largas llegan a tener 85,6 centímetros de largo y 3,11 de ancho medio. Se trata de una variedad originaria de San Juan, que fue adaptada por una selección clona realizada en 2014. La misma ya fue inscripta en el Instituto Nacional de Semillas, junto a los otros 23 cultivares de ajo registrados.
Cada una de estas variedades tiene una fecha de cosecha distinta. “El morado se cosecha primero, después el blanco, sigue el colorado y por último el castaño. Esto implica que los productores no tengan concentrada la cosecha en un solo momento. Esos 30 o 40 días de diferencia constituyen una ventaja para el productor en cuanto a la mano de obra y también en lo que hace a la calidad del cultivo”, explicó Lanzavecchia.
Argentina se encuentra entre los cinco países que agrupan el 90% del volumen de ajo comercializado en el mundo. Forman parte del grupo China, España, Francia y México. El gigante asiático es el principal productor con 10 millones de toneladas anuales. Argentina está cuarta con 143.000 toneladas, aportado el 1% de la producción mundial.
Bichos de Campo