a Pastoral Aborigen de la Diócesis de Orán, en el norte de Salta, a través de la asociación Tepeyac asesora a tres comunidades wichí de Rivadavia Banda Norte que contarán con un molino para procesar harina de algarroba.
El proyecto se desarrolló tras la participación en distintas instancias que se iniciaron en 2010 junto a la gestión de fondos que surgen de la ley nacional de bosques nativos. En el trabajo se contó con la participación y ayuda de la etnobióloga María Eugenia Suárez. Ya desde aquel momento conocieron al secretario de Política Ambiental en Recursos Naturales de la cartera de Ambiente nacional, Diego Moreno, pero en su calidad de miembro de la Fundación Vida Silvestre. “Dos veces habíamos ganado proyectos por el cuidado del agua”, contó la integrante de Tepeyac, Silvia Molina de Bertea.
Durante la gestión del gobierno anterior se generó el proyecto de relevamiento de los recursos naturales en territorio con las comunidades Lewetes Kalehi (Los Baldes), Lewetes (La Cortada), y Lewetes Letsenkwat (Pozo El Chañar), de la localidad de Coronel Juan Solá, del departamento Rivadavia Banda Norte. Se logró la participación de la comunidad en su territorio para relevar sus propios recursos naturales y los cuidados necesarios. A partir de 2015 ingresaron dentro de los llamados Proyectos Integrales Comunitarios (PIC). Primero se aprobó el proyecto para la comunidad Los Baldes y se amplió luego a La Cortada y Pozo El Chañar.
Ya a fines de 2017 consiguieron un proyecto que promovió la incorporación del Uso Sostenible de la Biodiversidad en las prácticas de pequeños productores (USUBI), que cuenta con fondos de la Nación, la provincia y Naciones Unidas.
En 2017 contaron con una cosecha de 93 bolsas de algarroba. Pero solo 68 pudieron ser procesadas con un total de 600 kilogramos de harina de algarroba. La prueba piloto de producción artesanal pasó por los exámenes bromatológicos necesarios y el alimento se consideró apto para el consumo humano. También lograron la certificación del Registro Nacional de Establecimientos (RNE), del edificio. Molina contó que solamente cuenta con la misma certificación la Universidad de Santiago del Estero (UNSE). Allí también los campesinos procesan la harina de algarroba.
La recepción del producto procesado es buena sobre todo en quienes precisan alimentación especial, como diabéticos y celíacos. A ello se suma que por ser una harina que contiene proteínas es considerado un complemento necesario en caso de niños desnutridos. “Sirve como cacao para la leche”, contó la integrante de Tepeyac. Molina afirmó que hay empresarios panaderos interesados para ampliar su oferta y también es un insumo que utilizan chefs tras conocer sus distintas aplicaciones.
Las familias originarias, en tanto, retomaron un alimento ancestral que surgía del trabajo a fuerza de mortero. Últimamente la práctica se había perdido. Hoy empezó a ser utilizada por los niños de las comunidades en panificaciones dulces. Hasta en una escuela incorporaron las barritas sobre la base de harina de algarroba para consumo de niños con malnutrición.
No todo es ideal. Por más que en estos casos el territorio ya está en manos de las comunidades, el problema es el subsuelo. La extracción de hidrocarburos es una amenaza constante en el departamento con la población más carente de recursos económicos en Salta.
El proyecto indica la necesidad de que se puedan mejorar los algarrobos para que la producción sea de mayor calidad. Pero esto compite con el pedido de extracción de hidrocarburos que realizan las empresas multinacionales de la zona. Al ser el subsuelo propiedad de la provincia, los permisos se extienden sin hacer ninguna consulta a quienes viven en las tierras. Y si los habitantes se oponen, pueden ser encarcelados como, ya sucedió con Fernando Robledo en su Finca El Palmar, en Los Blancos, también en Rivadavia Banda Norte. Para Molina, este es un tema que se debe debatir.
Se inaugurará, en tanto, el establecimiento molino y fraccionador de harina de algarroba, mistol y chañar con la presencia de Moreno como autoridad nacional, y Gustavo Dada, jefe del Programa de Biodiversidad de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Salta. Se prevé el beneficio para 100 familias de las tres comunidades. El objetivo, aún en ciernes, es poder alcanzar a otras 25 comunidades de Rivadavia.
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