uego de los estudios para verificar los aportes nutricionales de la harina, ésta se suma a los bolsones saludables del programa Nutrir.
También, los productores mostraron el estado de sus lotes de pastura muy satisfechos por los resultados obtenidos.
La recorrida abarcó la localidad de El Potrillo, donde se visitó el aserradero de la Asociación PROAPE que se encuentran haciendo muebles y preparándose para confeccionar los cajones para la apicultura.
De acuerdo al informe del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19, el gobierno provincial compró 750 kilogramos de harina de algarroba producida por comunidades aborígenes de El Quebracho, para ser destinados a la producción de alimentos a base de esta harina y leche en polvo fortificada con vitaminas y minerales en la Planta Nutrifor.
“Esta medida no solamente fortalece nuestras políticas nutricionales, sino también fomenta la independencia económica de los pequeños productores de la zona y la soberanía alimentaria que debemos afianzar”, se señaló desde el Consejo.
En un trabajo conjunto entre productos y la asistencia técnica de estudiantes del Instituto Universitario de Formosa, se avanzó en la preparación de la harina de algarroba, para dejarla lista para su comercialización.
Así lo comentó Romualdo Palavecino, presidente de la Asociación de productores “El Quebracho” al señalar que trabajan como una PyME que les compra los frutos silvestres a las mujeres wichí, y luego los clasifican.
Seguidamente, el proceso de secado natural y luego, utilizando agua y lavandina, un molino para lograr la textura de harina.
“Es un proceso lento, hay que tener cuidado con el tema sanitario, tenemos en cuenta todos los recaudos para sacar un producto de buena calidad”, explicó el productor.
Carolina Gardel, estudiante del Instituto Universitario de Formosa ubicado en Laguna Blanca, nativa de El Quebracho. Comentó que estuvo colaborando con la asociación en el tratamiento pre-germinativo de algarrobo blanco.
“Primero el lijado de semillas durante 15 minutos, luego el tratamiento con hipoclorito, a lo que sigue un tratamiento con agua caliente a 80°. El cuarto paso consiste en un tratamiento con agua oxigenada y el último que es el testigo, para ver las diferencias de germinación de las semillas. Los resultados que obtuvimos a los tres días de la siembra fue de éxito, con las semillas sin tegumento”, precisó.
El algarrobo forma parte del paisaje del monte habitado por los indígenas, quienes obtienen los frutos en forma de vaina. Esta suerte de chauchas, una vez maduras, permiten obtener una harina muy dulce, con un sabor muy parecido al del cacao y con muchas propiedades nutricionales.
En la composición de la harina de algarroba se destaca la presencia de entre 40 % y 50 % de azúcares naturales (fructuosa, glucosa y sacarosa). Contiene, además, un 8 % de proteínas, un muy bajo contenido de grasas y muchos minerales: hierro, calcio, magnesio, zinc, silicio, fósforo y fundamentalmente potasio. Y vitaminas A, B1, B2 y D.
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