Trattoria Napolitana Véspoli: la historia de la primera sorrentinería del país

n plena temporada estival, uno de los sitios que gana mayor protagonismo en Mar del Plata es Trattoria Napolitana Véspoli. Este restaurante, inaugurado en 1972 por la familia Véspoli en una antigua casona local ubicada en el barrio de La Perla, se caracteriza por ser la primera sorrentinería del país. El producto estrella está compuesto de una exquisita masa fina y un generoso relleno. Además, los platos se completan con una deliciosa salsa, cuya receta se mantiene inalterable a lo largo de distintas generaciones.

La tradición culinaria de los Véspoli data de principios del siglo XX, cuando el patriarca Francisco Saverio y su esposa Carmen acompañaron a su abuela María Grazia en un viaje de Nápoles a la Argentina sin fecha de retorno. Luego de navegar por varios meses, se instalaron en La Feliz, debido a que su cercanía al mar les recordaba su amada tierra natal. La pareja tuvo seis hijos, llamados Totó, Carmen, Electra, Rolando, Torcuato y Argentino Enrique, también conocido como “Chiche”.

Con el tiempo, el clan fundó un hotel con pensión, donde los huéspedes podían degustar platos y postres únicos elaborados con el sello italiano de María Grazia. En dicho establecimiento, inventaron una pasta redonda rellena que denominaron “sorrentino”, en honor a la ciudad costera de Sorrento. Si bien en un principio la realizaban para consumo interno, terminaron ofreciéndosela al público como consecuencia de su rápida aceptación.

Más adelante, la familia abrió una trattoria en Plaza España, que desde el vamos fue un éxito rotundo. Tras un par de años, se mudaron a un local ubicado en la calle 25 de Mayo, hasta que en 1972 coparon La Perla.

Desde pequeña, Patricia Véspoli disfruta del sabor de estas riquísimas pastas artesanales típicas de las tertulias familiares. Con 17 primaveras, decidió adentrarse en el negocio cuya gerencia tomó de manera definitiva luego de que su pariente “Chiche” falleciera en 2015. Actualmente, custodia el legado del clan junto con su marido Pablo Barrenechea.

Con el fin de mantener la tradición histórica de la casa, TrattoriaNapolitana Véspoli nunca vendió franquicias ni salió de Mar del Plata. El local cuenta con una enorme cocina a la vista, habitada por cocineros que desde temprano se dedican a desplegar su talento a la hora de desarrollar cada plato. Aparte de sorrentinos, el restaurante se especializa en canelones, lasañas, cintitas y una inmensa variedad de salsas.

Para preparar los sorrentinos, primero ponen a punto la masa, estirándola hasta que quede completamente fina. Luego, colocan el relleno de manera individual y con un cortante circular le dan su forma característica. Al momento de la cocción, se sitúan las piezas en una olla con agua hirviendo durante tres minutos. Más tarde, se introduce la salsa elegida, mientras que sobre el final se incorpora todo en el horno para que la comida quede bien caliente y gratinada.

Barrenechea comenta que cuidan las recetas empleando materia prima de excelentísima calidad, como harina 0000, huevos, tomate perita, albahaca fresca y embutidos de primera. Los sorrentinos “Don Torcuato” vienen rellenos de jamón y queso Port Salut; en tanto que los “Véspoli” están hechos de ricota y espinaca. Las salsas más destacadas son fileto, bolognesa, crema, mixta, pesto y una de queso fundido y albahaca.

El plato principal es servido en una fuente de acero inoxidable para conservar su calor y se ofrece en porciones de seis unidades. Además de lasañas, ravioles y canelones, la casa cuenta con un menú de minutas, carnes y pollos.

A la hora del postre, los chefs recomiendan pedir dos opciones: el tiramisú artesanal o el célebre “Don Chiche”, con helado de crema americana, dulce de leche, mousse de chocolate y nueces. La sobrecomida fue creada por Argentino Enrique Véspoli, quien adoraba experimentar con distintos sabores.

El establecimiento aún conserva la mesa de roble rectangular de patas anchas donde el hombre solía comer, dentro de un espacio que dispone de un pequeño cuadro enmarcado que certifica su reconocimiento internacional. El premio fue otorgado en 2003 por el Club de Leones de la península y fue dirigido hacia Argentino Enrique Véspoli, propietario de la “primera sorrentinería del país”, quien contribuyó a la difusión de la cultura y la gastronomía italiana en territorio local.

En las paredes, se rememoran los viajes del antiguo dueño por Italia, con hermosas fotos en Anacapri, Florencia, Ercolano y la Costa Amalfitana. También hay pictografías de platos de pasta de diferentes tamaños, elementos de cocina y autógrafos de diversas figuras del deporte (Diego Armando Maradona, Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini) como decoración. Desde su creación en 1972, el sitio fue testigo de numerosas sobremesas de reconocidos artistas como Mercedes Sosa, Cacho Fontana, Natalia Oreiro, Fito Páez y Juan Manuel Serrat, entre otros.

El negocio se distingue del resto por proponer un ambiente familiar, donde los dueños se acercan a los comensales para contarles alguna historia o descubrir si les gustó o no la comida. Lo que está claro es que el amor por la pasta de Trattoria Napolitana Véspoli se transmite de generación en generación y ya es un clásico de la ciudad balnearia.