Alejandro Peyrou: "En diez años, nuestra producción de pecán se va a multiplicar por quince"

La Cámara Argentina de Productores de Pecán nació en 2004 como consorcio por iniciativa de tres productores, a los que después se les fueron sumando otros, con el objetivo de aunar esfuerzos para hacerle frente a los inconvenientes que presenta una producción no tradicional como la del pecán. Entre los principales problemas, se destaca la escasa difusión del producto y la falta de experiencia y financiamiento.

El presidente de la institución, Alejandro Peyrou, contó que conoció la nuez pecán mientras hacía un posgrado en el INTA Castelar. “Frente al comedor había un árbol inmenso. En invierno, el piso estaba lleno de nueces amontonadas, lo que quiere decir que el árbol, que tendría entre setenta y cien años, todavía era sumamente productivo”, indicó.

En ese contexto, expresó que la producción de pecán es un negocio a largo plazo, ya que los árboles recién comienzan a producir en volúmenes comerciales entre los diez y los quince años de edad, pero pueden ser productivos hasta los cien. En este punto, señaló que muchos productores estadounidenses suelen cortarlos a los cincuenta años porque se les hace difícil el manejo cuando los árboles son tan grandes –pueden medir hasta treinta metros–.

Asimismo, sostuvo que la Cámara tiene presencia en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Salta, San Luis, La Rioja y Catamarca. Si bien afirmó que el promedio de árboles por productor es de 600, aclaró que también hay algunos que tienen alrededor de 80.000 árboles; es decir que la entidad agrupa a productores grandes, medianos y chicos.

Con respecto a la plantación, dijo que hoy en día “nadie planta un árbol que no sea injertado”, y que los árboles viejos que se plantaron en estancias o en el Delta nacían de semillas traídas de Estados Unidos. “Nuestros árboles son mucho más productivos y generan nueces más grandes”, aseveró Peyrou, a la vez que remarcó que los mismos producen cada vez más hasta los cuarenta años de edad. “Con la actual cantidad de hectáreas plantadas, nuestra producción en los próximos diez años se va a multiplicar por diez o por quince, es decir, van a pasar de dar dos o tres kilos a más de veinte por árbol”, declaró.

En cuanto al mercado interno, manifestó que es limitado no solo porque la nuez pecán compite con el resto de las nueces, sino también porque no hay una costumbre de consumo adquirida. “Hay poca gente que sabe lo que es la nuez pecán”, indicó. Teniendo en cuenta este escenario, plantearon la problemática ante la Secretaría de Gobierno de Agroindustria y están en tratativas para obtener un financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se utilizaría para impulsar el consumo de la nuez pecán en la Argentina.

En relación al mercado externo, explicó que empezaron a exportar en 2013, año en que enviaron diez toneladas de nuez pecán a Hong Kong. Un año después, exportarían cuarenta toneladas con destino a Argelia. Sin embargo, advirtió que tras la pelea de China con Estados Unidos, el gigante asiático impuso mayores restricciones sanitarias. Por ese motivo, en julio del año pasado el Senasa presentó en Beijing un dossier que contenía todas las características de la producción para que China aprobara el ingreso, algo que todavía no pudieron conseguir.

En ese sentido, Peyrou subrayó que si se reabre el mercado chino pueden exportar nueces con cáscara, ya que “China es el principal importador mundial”. No obstante, aclaró que también hay una gran demanda en Europa, pero el inconveniente es que piden nuez pelada. “Para desarrollar tanto el mercado interno como el externo, tenemos que pelar las nueces e introducirle otras mejoras, es decir, más valor agregado”, afirmó.

Por último, hizo referencia a dos de los problemas que más afectan a la cadena. En primer lugar, señaló que “la ley del IVA dice que los frutos secos pagan el 10,5%, pero para que eso sea aplicable tiene que figurar explícitamente el pecán. Aparecen nueces, avellanas, pero la nuez pecán no porque en esa época no era un problema de mercado”, con lo cual se ven obligados a pagar el 21%. El otro gran problema es la falta de financiamiento, que es fundamental para poder exportar con valor agregado.

“Somos pequeños productores desparramados por todo el país que quisieran tener valor agregado para exportar. Nosotros existimos solamente si exportamos; no podemos exportar saldos, tenemos que exportar la producción porque el mercado interno no nos abastece”, concluyó Peyrou.