Fabiana Menna: "El primer paso para poder agregar valor a las distintas producciones es visibilizarlas"

La Fundación Gran Chaco es una organización líder en el desarrollo de propuestas, innovaciones y soluciones para la sostenibilidad socio-ambiental de la región del Gran Chaco argentino que con sus proyectos busca agregar valor a las producciones tradicionales del monte chaqueño. Fabiana Menna, presidenta de la organización, afirmó: “El primer paso es visibilizar las producciones de la región porque hay un desconocimiento muy grande de todo el potencial que albergan. Por otro lado, la articulación entre distintos territorios y actores es un eje clave en la búsqueda del agregado de valor para los productos, en este caso del norte argentino”.

“El Futuro Salve el Monte” es una estrategia llevada a cabo en la región del Gran Chaco argentino, que incluye a Córdoba, Santiago del Estero, Chaco, Salta y Formosa. “Para nosotros no se puede generar ningún tipo de estrategia de agregado de valor a las actividades económicas tradicionales de la región sin la recuperación y valorización del bosque nativo, por eso el futuro está en el monte, no podemos pensar en el desarrollo de la región sin él. Para conservar este bosque nativo tenemos que producir, generar ingreso y empleo, mejorando las condiciones de vida de la población de la zona”, aseveró Menna.

El territorio posee una gran diversidad de recursos tanto culturales como ambientales y, a partir de la experiencia de las poblaciones indígenas y campesinas que lo habitan, la estrategia allí puesta en práctica es la diversificación de las actividades económicas, agregando valor a cada una de ellas y fomentando su interrelación. La presidenta de la Fundación Gran Chaco explicó: “Empezamos a desarrollar un modelo que denominamos ‘Ecosistema de Negocios en Red’, que se basa en ecosistemas en los que se interrelacionan las distintas cadenas de producción y los distintos saberes”. Las distintas iniciativas confluyeron en tres ecosistemas principales: el foresto-ganadero, el agro-forestal y el industrial-cultural.

El ecosistema foresto-ganadero apunta a recuperar la zona degradada del monte porque, en palabras de Menna, “en esa región, con sus índices de aridez, es imposible pensar en la ganadería sin el bosque”. Por otro lado, los frutos del monte son el principal forraje en época de sequía, en consecuencia restaurar y recuperar el bosque nativo supondría una mejoría en el manejo de ganado, no solamente vacuno sino también caprino y ovino. 

En el ecosistema agro-forestal se ha desarrollado una estrategia a partir de la producción de leña sustentable y también se ha hecho foco en productos no maderables brindados por los bosques nativos: la miel, la algarroba y los colorantes naturales. Además, Menna comentó que muchos de los frutos obtenidos en esta región son “la base de alimentación de las comunidades que la habitan” y agregó: “Trabajamos con cultivos combinados y reforestación”.

Por último, Menna se refirió al ecosistema industrial-cultural: “Supone la producción material de saberes culturales ancestrales en la estrategia de sobrevivencia y reproducción de distintas culturas a lo largo del tiempo. Su producto específico son las artesanías y el turismo, el cual estamos desarrollando porque vemos que, además de ser una oportunidad para poder comunicar y visibilizar los diferentes saberes, genera ingresos”.

En cuanto al modo de generar una mejora en los ingresos de los productores en los distintos sectores y áreas de la cadena productiva, la presidenta de Fundación Gran Chaco hizo hincapié en la necesidad de fortalecer las organizaciones locales: “En el norte argentino, su dispersión territorial, y su consecuente fragmentación y aislamiento, genera muchas barreras y limitaciones frente al mercado. Entonces fortalecer las redes, las organizaciones de productores y las articulaciones locales, para nosotros ha sido y sigue siendo el gran foco de trabajo, sumado a la incorporación de tecnologías”.

Finalmente, Menna resumió lo que viene siendo su estrategia de agregación de valor desde el programa “El Futuro está en el Monte” en la región del Gran Chaco: “Nos basamos en la visión de ecosistemas como negocios de red, en los que se fortalecen las organizaciones locales de productores, incorporando y diseñando nueva tecnología. Hoy estamos en 6 provincias e involucramos a Bolivia y Paraguay, contamos con 4.600 productores, de los cuales la mitad son mujeres campesinas indígenas, y nuestro objetivo es llegar a 10.000 productores en 2030 y exportar las distintas producciones de la región”.