l mensaje enviado a Perón destacaba que era “el triste saldo de una larga sequía que sufre la zona”, derivada de la obstrucción del curso de las aguas en la provincia de Mendoza. Además, resaltaba que los pobladores estaban ubicados en las costas de los ríos Atuel y Salado, al oeste de La Pampa próximo al límite con Mendoza.
Esa nota culminó con el dictado de la Resolución Nº 50 del año 1949 de la Dirección de Agua y Energía Eléctrica de la Nación, que ordenó con carácter provisorio la entrega de caudales a nuestra provincia con tres sueltas anuales de siete días de duración cada una, con destino a bebidas de poblaciones y ganado, riego de las praderas naturales y alimentación de represas y lagunas.
La lucha y el compromiso de todos los pampeanos dio un paso más recuperar el río Atuel el 16 de julio de 2020, cuando la Corte Suprema de Justicia dictó un nuevo fallo, ratificando el fallo de 2017 y fijando un caudal inicial mínimo permanente de 3,2m3/s en el ingreso del río a La Pampa. Además, el Tribunal reconoció el daño ambiental, clave en el reclamo pampeano, y del que ya diera cuenta Garay en 1947.