a historia de Santa Sangría empieza con cinco socios que fundaron Nimbus en Maipú, Mendoza, una compañía nació hace más de una década, enfocada en la producción vitivinícola, tanto de marca propia como para terceros. Sin embargo, la crisis de la industria durante 2018 los llevó a repensar el negocio y buscar alternativas. Pensaron en producir vino en Tetra Pak y leches vegetales, pero en medio del proceso tomaron conciencia de que el desafío era muy difícil de alcanzar, porque con el precio al que tenían que vender su producto les resultaba imposible competir con los grandes jugadores de la industria que manejaban volúmenes mucho mayores.
A la vez, notaron que en el mundo se imponía la sangría y trabajaron en conjunto con Tetra Pak para dar un desarrollo con tinte local. La receta original de sangría lleva vino tinto con naranja y canela. Pero pensando en un público más joven, desarrollaron dos variedades que tienen menos graduación alcohólica: tropical y citrus. “Es un producto fresco pensado como un primer escalón para el mundo del vino, al cual se suele entrar a los 30 años y antes se consume cerveza. Queremos captar a ese consumidor que todavía opta por la cerveza , explica Damián Torres, uno de los fundadores.
En 2018 se lanzaron con el producto que permitía posicionarse con un precio ideal para salir a pelear el mercado –hoy en Argentina se venden al pública entre $ 50 y 65 por litro- , con el desafío de romper el prejuicio de que los vinos que vienen en cartón no tienen buena calidad. “Eso pasa acá, pero en el mundo es distinto. Primero apuntamos a vender afuera, y después de la devaluación nos volvimos muy competitivos y empezamos a hacer giras por ferias del mundo , cuenta el emprendedor que en 2019 sacó el primer pedido con el que despacharon cuatro contenedores (unos 100.000 litros) para La Florida y e incluso acompañaron al por entonces presidente Mauricio Macri en su gira a la India. Hoy exportan a Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Bolivia, Belice, Jamaica, Trinidad y Tobago, Honduras y próximamente llegarán a México, Ecuador, Perú, India, Vietnam y China.
Ese éxito en el exterior hizo que empezaran los llamados con característica local. Hoy llegan a las provincias del interior a través de distribuidores de bebidas y están presentes en cadenas locales de supermercados, pero el desafío para este año está en llegar a las cadenas grandes y tener mejor presencia a nivel nacional. En total, tanto para mercado interno como externo, producen unas 350.000 unidades por mes.
Los socios, amigos que vienen de distintas industrias como campo o Recursos Humanos, invirtieron US$ 1,2 millones para dar vida a la empresa que funciona en una planta que tiene un predio de 8500 metros cuadrados donde trabajan 12 personas. “Somos amigos que nos conocemos desde hace mucho tiempo, y dimos el salto a la industria alimenticia. Ninguno venía con mucha experiencia en esto, y tener las máquinas de Tetra Pak nos dio una escala que al principio nos costó entender. Pero salir primero al mercado internacional nos obligó a elevar el estándar. Estuvimos un año trabajando en los Estados Unidos para obtener los certificados, y eso fue una buena decisión porque puso la vara muy alta , explica el emprendedor.
Junto a Torres, el otro de los cinco que está full time en el proyecto es Pedro Suárez Garcés, un administrador de Empresas que emprendió con una empresa de alimentos supercongelados. Torres, por su parte, es economista con un Programa de Alta Dirección del IAE, que venía de trabajar en el sector del petróleo. “Fue todo un desafío, y desde ese lugar me toco aprender mucho para entender temas de normas alimenticias y manejarte con el producto. Fueron casi dos años para prepararnos para lanzar esto , admite.
Desde el lanzamiento a fines de 2018 hasta diciembre de 2019, la facturación superó los US$ 475.000, y para el 2020 ya tienen pedidos que triplican ese valor, debido al ingreso de nuevos países y la apertura de mayores canales de distribución en mercados donde ya están presentes. En términos de volumen esto implica unos 600.000 litros al año.
Y el entusiasmo no se detiene. El proyecto de bebidas vegetales sigue en proceso de desarrollo, junto con expertos del Conicet, y con una patente ya firmada ahora están en pleno proceso de lograr la escala industrial. Para fin de año proyectan llegar a la góndola, pero también venderlo como insumo para otras industrias.
Fundación: 2018
Inversión inicial: US$ 1,2 millones
Facturación 2019: US$ 475.000
Cantidad de empleados: 12
Apertura