a posible instalación de nuevos núcleos de producción de porcinos en el país, por las probables inversiones chinas, generó cuestionamientos sobre el impacto ambiental y sanitario que podrían tener estos establecimientos. Sin embargo, los especialistas afirman que, poniendo el foco en el manejo responsable de los efluentes y un plan de gestión ambiental, estos proyectos de producción podrían convertirse en ejemplos de economía circular.
“Para hacer un manejo adecuado lo primero que hay que tener es un sistema de conducción de los efluentes hacia afuera, un sistema de lagunas y un plan de uso agronómico”, comentó el ingeniero Roberto Maisonnave, especialista en gestión ambiental de granjas porcinas, en diálogo con BCR News. Y agregó: “El manejo de efluentes es el tema principal en términos de contaminación”.
Por cierto, el manejo de desechos no sólo no es un inconveniente, sino que además representa un ahorro de miles de dólares en fertilizantes sintéticos al productor. “Los efluentes son altamente ricos en nutrientes fósforo y nitrógeno”, afirmó Maisonnave.
En la actualidad, la provincia de Córdoba es pionera en contar con legislación específica para este tipo de producciones. Sin embargo, en otras jurisdicciones también se utilizan estos sistemas de gestión ambiental, porque para los productores representa, además del cuidado por el medio ambiente, una inversión con un beneficio neto, cuando los efluentes se utilizan para fertilizar cultivos de maíz y soja.
Según Maisonnave, “el productor es el primero que tiene conciencia, por eso es clave la ubicación de las granjas, trabajar en la protección de las fuentes de agua subterráneas y superficiales, el uso de los efluentes y, también hay una cuestión de marketing”. Es decir, desde el punto de vista económico, al productor le conviene invertir en gestión ambiental porque es una inversión da tranquilidad por años y genera un beneficio neto.
En relación a la normativa para estos proyectos, para el especialista, “la legislación necesita cubrir cuatro ejes, la ubicación de las granjas, alejadas de las ciudades, la protección de las fuentes de agua superficiales y subterráneas, el uso de los efluentes y trabajar en la concientización del uso del agua” y destacó: “En la actualidad existe la tecnología para una adecuada gestión ambiental”.
Por último, Maisonnave recordó: “La producción de proteína animal, se da en un entorno rural, se utilizan insumos de origen orgánico, maíz, soja y se convierte en otro producto orgánico que es la carne. No existe actividad económica de impacto neutro ambiental. Pero, es mucho más fácil mantener la armonía con el medio ambiente en un establecimiento agropecuaria que en una industria. Lo importante es usar siempre estrategias ambientales que reduzcan ese impacto”.
BCR News