En la actualidad es uno de los frutos secos más populares por su agradable sabor y sus propiedades nutritivas.
Hay quien dice que el maní realmente es una legumbre, pero nosotros debido a que posee todas las propiedades de los frutos secos como los anacardos, las almendras, etc., se le incluye en la familia de los frutos secos y más concretamente como una fruta neutra.
Se puede comer de diferentes formas. Es bastante usual comerlos asados, al horno, crudos, con limón y sal, sobre un pan tostado como mantequilla o en la harina.
También es muy común encontrarlos fritos, aunque este proceso deteriora sus propiedades y los hace indigestos, aunque puede ser la forma preferida de comerlos de muchas personas.
Además, se pueden encontrar procesados y condimentados con sal, chile y hasta con sabor a limón. De cualquier forma, que se coma el maní tostado es delicioso.
Un buen puñado de maníes nos ayuda a frenar el apetito y son ideales para consumirlos entre horas. El consumo moderado nos aporta muchos beneficios. Es ideal comerlos curdos sin freírlos y sin aporte extra de sal. De esta forma, nos aporta los máximos beneficios nutricionales para nuestra salud.
Además, los maníes son ricos en grasa por lo que la moderación es clave para comer este fruto seco de forma saludable. Con un puñado de este fruto seco al día (15 unidades aproximadamente), nos aprovechamos todos los beneficios que nos aporta de forma equilibrada.
El fruto se come, pero ¿y la cáscara?
Han surgido un buen número de negocios que se encargan de reciclar estas cáscaras y vender como comida para el ganado o animales de corral, abono orgánico (compost), material para hacer ladrillos ecológicos, combustible (biomasa) e incluso detergente (entre otras muchas utilidades que se les puede dar a la cáscara del maní).
El maní proporciona 26% de proteína de origen vegetal, vitamina B1, E y niacina. Es uno de los frutos que más proteína posee.
El maní es especialmente rico en potasio y bajo en sodio, siempre y cuando no se le añada sal. Contiene cantidades significativas de fósforo, calcio, magnesio y hierro. Estos alimentos, me refiero a los frutos secos y en especial a los maní, poseen muchos beneficios en la salud de las personas.
Gracias en gran medida a su sabor fuerte e inconfundible, este fruto seco se ha convertido en un producto muy consumido por muchas personas alrededor de todo el mundo con importantes beneficios sobre la salud.
Su valor alimenticio es impresionante, no solo es rico en fibra, sino que contiene 13 vitaminas y 26 minerales, aunque ciertamente es alto en grasas y tiene más calorías que el azúcar.
El maní es un multivitamínico natural, ya que contiene vitaminas del grupo B, niacina, riboflavina, tiamina, ácido pantoténico y vitamina E, entre otras.
Y en cuanto a minerales, como ya hemos hablado, es rico en potasio, manganeso, cobre, calcio, magnesio, hierro, selenio y zinc.
Es una semilla comestible procedente de la planta Arachis hypogaea. El cultivo de la Arachis hypogaea hoy se realiza en regiones tropicales y subtropicales en prácticamente todo el mundo ya sea en su clima natural o con invernaderos.
En la actualidad, el maní es un alimento con cultivo y producción con origen en China, aunque este alimento sigue el siguiente orden de producción de países que pueden cultivar este tipo de alimentos: Destacado cultivo en China, dado su volumen. Cultivo en India
Por las características climáticas, también existe este tipo de cultivo en África, más concretamente en Nigeria. Existen otros países donde se realiza este tipo de cultivo entre los que se encuentran Estados Unidos, Sudán, Tanzania, Myramar, Indonesia, Argentina y Senegal
Según reseñas históricas e investigaciones arqueológicas se sabe que el origen fue en la cultura inca donde se empezó a usar el maní y a extender esta semilla por todo el continente americano.
Fue después de la colonización de América cuando este fruto se empezó a consumir en Europa y África.
El maní, gracias a todos sus nutrientes y la gran cantidad de vitaminas y minerales es un buen alimento para incluir en nuestra dieta.
Por lo tanto, es recomendado consumirlo de forma frecuente como ya se hace alrededor de todo el mundo y con indudables beneficios para la salud.
Los maníes ayudan a reducir el colesterol malo y aumenta el colesterol bueno en el cuerpo debido a que contiene grasas monoinsaturadas, especialmente ácido oleico que contribuye a prevenir enfermedades coronarias. Así que, el maní puede ser agregado en una dieta para bajar el colesterol.
El consumo de maníes colabora a reducir el riesgo de enfermedades del corazón, y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso debido a un poli-fenólico antioxidante, el resveratrol.
Además, interviene en combatir las infecciones virales o fúngicas de manera eficiente.
Una vez más, el resveratrol del maní es un buen nutriente para el corazón que le ayuda mediante el aumento de la producción de óxido nítrico.
El manganeso se encuentra en muchos alimentos, pero en el caso del maní interviene en la absorción del calcio, a metabolizar mejor las grasas y los hidratos de carbono, regulando el nivel de azúcar en la sangre.
Al ser rico en revesterol, el maní es un poderoso aliado en la lucha contra el envejecimiento, especialmente porque protege la piel de los radicales libres con su vitamina E.
Posee un alto valor en riboflavina. Entre las propiedades y beneficios de la vitamina B2 o Riboflavina podeos destacar su importancia en la producción de glóbulos rojos sanos.
Además, la riboflavina que posee este fruto seco participa en los procesos de respiración celular, desintoxicación hepática, desarrollo del embrión y mantenimiento de la envoltura de los nervios.
También interviene en el crecimiento y la reproducción, y mejora el estado de la piel, las uñas y el cabello.
En conclusión, hablando del maní, nos encontramos con un fruto seco muy popular que probablemente no teníamos en cuenta todas sus propiedades.
Suena A Campo