Ambiente Sustentable / Biología de la Conservación

Por qué deberíamos impulsar el desarrollo de ciudades bird-friendly

Se calcula que por año mueren alrededor de mil millones de aves por colisiones contra edificios urbanos

Por qué deberíamos impulsar el desarrollo de ciudades bird-friendly
miércoles 24 de febrero de 2021
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n muchas oportunidades, pareciera que numerosas ciudades fueron diseñadas con el fin de matar pájaros. En octubre de 2020, esto se evidenció como nunca cuando cerca de mil ejemplares murieron al chocar contra un edificio luminoso por la noche en Filadelfia (Estados Unidos). La combinación de reflejos confusos en las ventanas de las construcciones, sumado a la contaminación lumínica desorientadora y la localización de predios altos en las rutas de vuelo, puede generar colisiones mortales reduciendo la cantidad de aves en el mundo.

Según un estudio norteamericano, la colisión contra edificios causa hasta mil millones de muertes de pájaros al año. En miras a hacerle frente al problema, Timothy Beatley, investigador y autor de libros sobre construcciones sostenibles, detalla en su obra “The Bird-Friendly City: Creating Safe Urban Habitats” (Ciudad amigable con los pájaros: creando hábitats urbanos seguros, en castellano) cómo implementando nuevas políticas y utilizando novedosos materiales y diseños edilicios se pueden modificar los entornos para permitir que las aves vivan y prosperen en espacios orientados al ser humano.

El experto, profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Virginia, viene realizando desde hace años una extensa investigación acerca de comunidades sostenibles y planificación urbana, centrándose en el concepto de biofilia; es decir, cómo las personas se benefician gracias al contacto con el mundo natural circundante. Para él, integrarse al entorno es muy productivo para todos los organismos vivos, aunque en determinadas oportunidades el diseño de las ciudades atenta contra el desarrollo de los ecosistemas.

Beatley plantea que la avifauna es la llave secreta que nutre el alma de las ciudades, ya que su presencia produce deleite y asombro. En sus palabras, es muy difícil sentirse solo cuando hay pájaros cerca. En este sentido, remarca que enriquecen la vida humana, tornado los días más completos a través de su vuelo y canto.

Asimismo, señala que sirven a la hora de animar otros elementos del contexto, como árboles y bosques, dándoles una vitalidad única que muy recientemente se evidenció de manera notable durante el confinamiento mundial a causa de la pandemia de coronavirus. En el último tiempo, se produjo un fuerte aumento en las descargas de aplicaciones de observación de aves y la compra de comederos para la especie. Muchas personas encerradas descubrieron o redescubrieron la clase animal debido a la alegría y el consuelo que brinda. Al respecto, el docente sostiene que es difícil calcular el beneficio para la salud mental que proporcionan los pájaros, aunque es imposible subestimar su acción.

El autor subraya que la población vive en lucha permanente con su visión de naturaleza y debe adentrarse en ella para visualizarla como par en medio del mundo. Sobre esto, afirma que es preciso apreciar y conectarse con el entorno para entenderlo y disfrutarlo en su máxima expresión. “Las aves representan una fuerza vital inmensa y mágica para el planeta, con un valor inherente que estimula su desarrollo. No se trata de criaturas que requieran de una justificación para su existencia”, asegura.

En las últimas décadas, se observó cómo ciertas ciudades fueron construidas en sitios que eran hábitats naturales para los pájaros. De esta manera, es posible consolidar la idea de que no son ellos quienes están de más en el territorio, sino que las edificaciones fueron levantadas sin tenerlos en cuenta.

No obstante, Beatley recalca que el hombre puede aportar su granito de arena en la problemática, reconociendo su derecho a la tierra mediante una serie de acciones que garantice que los centros urbanos son seguros para los animales. Más allá de simplemente reducir los peligros, la población humana tiene que aceptar que las ciudades han de ser una fuerza positiva en nombre de las aves, que aspire a la conservación de la biodiversidad en general.

En este contexto, las urbes pueden desempeñar un papel vital para contrarrestar la pérdida de hábitats en otras zonas, mediante la adopción de proyectos de diseño y construcción que le den lugar a todas las formas de vida habidas y por haber. Si un entorno es bueno para los pájaros, ¿por qué no lo sería para el hombre?

El urbanismo debe cambiar a fin de manifestar respeto hacia el movimiento de aves y otros animales. Para esto, las redes ecológicas y la conectividad serán fundamentales. La mayoría de los planes edilicios rara vez mencionan o tienen en cuenta la biodiversidad circundante. Beatley declara que la tendencia tendría que reencaminarse, marcando el comienzo de una nueva era.

Sobre esto, destaca el ejemplo de Vancouver (Canadá), donde el gobierno prepara una estrategia que contemple el bienestar de los pájaros nombrando un Comité de Aves permanente. Asimismo, puntualiza que las ciudades pueden servir como fuerza al momento de conservar ecosistemas esenciales para ciertas especies. Lo primordial es forjar alianzas entre los sectores públicos y privados a fin de apoyar el desarrollo de la biodiversidad.

En concordancia, Beatley clama por el diseño de espacios “habitature”, donde aves, urbes y naturaleza puedan convivir sin mayores inconvenientes. Cada nuevo edificio o construcción debería cumplir ciertos estándares de “ganancias netas” de biodiversidad, como sucede con el Hospital Khoo Teck Puat de Singapur, que fue ideado con el propósito de compensar la pérdida de selva tropical en el área. En este contexto, sería preciso realizar un seguimiento del movimiento de pájaros y mariposas en el tiempo y dar a conocer los resultados para hacer visible su éxito a largo plazo.

También es necesario cambiar las métricas con las que se mide el consumo económico en el tiempo o la riqueza material de los territorios. Así, las ciudades tendrían que ser monitoreadas en miras a que todos sus residentes puedan vivir en armonía.

Según Beatley, las estrategias adoptadas en Toronto, Nueva York y San Francisco, donde se exigen vidrios aptos para aves en la construcción de edificios. Además, medidas de reducción de la contaminación lumínica pueden ser replicadas en cualquier lugar, ya que siempre es posible hacer que un predio sea más seguro y/o amigable con los pájaros.

Sobre esto, comenta que los estándares obligatorios de diseño seguro para aves suelen ser muy efectivos a la hora de reducir su muerte en las grandes urbes, ya que cuentan con excelentes códigos para observar y aprender su comportamiento. No obstante, todavía existen muchos obstáculos por superar.

Una objeción que se menciona muy frecuentemente es el costo de los vidrios bird-friendly. Sin embargo, es preciso calificar las acciones como un todo, sin olvidarse de los beneficios a largo plazo: ahorros en consumo de energía y emisiones de carbono. La modernización del Jacob Javits Center de Nueva York es un gran ejemplo: sus ventanas están recubiertas con pequeños puntos que reducen la mortalidad de los pájaros en más del 90%. Además, los índices de gasto energético se redujeron en un 26%.

Otro obstáculo es el fracaso de la arquitectura y el diseño al momento de considerar su impacto sobre las aves. En este sentido, los arquitectos están encantados con las construcciones que emplean vidrios expansivos y perjudican el bienestar de la especie. De todas formas, en el último tiempo se empezaron a visualizar proyectos creativos y gratificantes que suman puntos en la experiencia estética de las ciudades aparte de ser seguros para el entorno. El Aqua Tower de Jeanne Gang y el Centro de Estudiantes Ryerson de Snøhetta en Toronto son grandes exponentes de la tendencia.

Para él, se trata realmente de una cuestión de ética, donde arquitectos, constructores, funcionarios electos y la población deben reconocer su labor a la hora de proteger a la especie y mitigar su dolor y sufrimiento. Si los hombres dejaran de mirarse solo a ellos mismos, el contexto cambiaría para mejor, adoptando estándares seguros para todos.

Beatley propone que el público aporte a la experiencia instalando “catios”, una estructura protegida que generalmente se conecta a las casas para que los gatos no puedan cazar y matar pájaros. En Portland (Oregon), la medida está obteniendo excelentes resultados y puede servir de ejemplo para replicar en otras zonas. Vale remarcar que no afecta en lo más mínimo el desarrollo y accionar de los felinos.

Existen muchas opciones dentro del abanico de posibilidades de los propietarios. El primer paso es modificar el paisaje de alrededor de las casas. Cambiar el desierto biológico del césped con plantas nativas es una muy buena estrategia para garantizarle a las aves un hábitat propicio y abundante para su desarrollo y el de sus crías.

También contribuye a reducir la iluminación exterior y disminuir el uso de herbicidas y pesticidas. La incorporación de fuentes de agua es la siguiente acción a ejecutar. Lo ideal es interiorizar a la población, ampliando sus conocimientos y apreciaciones sobre la especie.

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