uego de trabajar muchos años con un apicultor en la zona de Trenque Lauquen, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, el año pasado Dante Schoenfeld decidió armar su propio apiario.
La combinación de buenos precios internacionales, con una cosecha aceptable en la gran mayoría de las zonas y la reducción de aranceles a la exportación, hicieron posible que el sector apícola argentino atraviese una buena coyuntura.
A nivel productivo, el año 2020 en general fue bueno y la cosecha media actual estará por encima de los 30 kilos por cajón en muchas regiones, superando lo logrado en temporadas recientes.
En cuanto a precios, la cotización oficial en febrero es de unos 250 pesos el kilo, 145 pesos por encima de lo que se cobraba un año atrás, por lo que el 2021 llegó con muy buenas noticias para el sector apícola argentino.
Más allá de ese marco actual de bonanza para el sector apícola, como sucede en todos los ámbitos productivos, siempre hay emprendedores que buscan incursionar en la actividad como productores. Generalmente se trata de jóvenes que venían trabajando en el rubro de la mano de la familia, o bien fueron durante un tiempo empleados y buscaron independizarse y probar suerte.
Lógicamente que comenzar cualquier emprendimiento no es fácil, y siempre hay diferentes maneras de hacerlo. Un ejemplo es el de Dante Schoenfeld, que luego de trabajar muchos años con un apicultor en la zona de Trenque Lauquen, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, el año pasado decidió armar su propio apiario.
Dante se refirió a las características productivas de su zona, y en ese marco contó su experiencia como emprendedor.
“La apicultura no es fácil para el que recién arranca, porque el costo de la inversión inicial es bastante importante, y en la provincia de Buenos Aires la actividad se está trasladando a zonas ganaderas cada vez más marginales, debido al riesgo de la convivencia con la agricultura por algún problema que pueda generarse de mortandad de abejas por agroquímicos”, señaló Schoenfeld.
“Acá en el partido de Trenque Lauquen la apicultura se ve favorecida porque hay muchos campos ganaderos para producción de leche y carne, y a través de sus pasturas naturales se puede producir una buena cantidad y calidad de miel”, destacó.
En tanto, el entrevistado, contó que “si bien en el cultivo de girasol (muy tradicional en la zona) la floración solo dura unas dos semanas, también se aprovecha mucho”.
Señaló Schoenfeld que uno de los mayores problemas a nivel zonal en el sector apícola es del moscardón, “un insecto que mata las abejas cuando vienen cargadas de néctar y polen, atrapándolas antes de llegar a la colmena, siendo un gran “dolor de cabeza” para el productor”.
Pero, en definitiva, el emprendedor, informó que “en Trenque Lauquen se logra una producción promedio de entre 18 y 30 kilos de miel por colmena”.
-¿Cómo incursionaste en la actividad?
-Compré cajones usados y los restauré, tapándoles las grietas y pintándolos para dejarlos en condiciones. También capturé enjambres de abejas que se les van a los apicultores, que después los vas dividiendo, compras las reinas o una celda donde nace una reina, y así te vas armando de más colmenas.
-¿Cuántas colmenas tenés actualmente?
-Hoy tengo 11 núcleos armados, y si todo sale bien, para el año siguiente estarán produciendo miel.
-¿Dónde están ubicadas?
-En los alrededores de la ciudad de Trenque Lauquen, donde hay muchas flores naturales, arboles de eucalipto, abrepuño, navo, cardos y diente de león. Además, hay trébol, alfalfa, plantas de siempre verde y acacias, sumado a otros árboles como cítricos que le proveen a las abejas una gran variedad de floración, sintiéndose muy a gusto.
De todas maneras, Schoenfeld afirmó que la apicultura podría desarrollarse mejor en la ciudad que en el campo, “ya que hay más floración y las abejas producen más miel, pero en nuestro país no se permite tener colmenas en áreas urbanas”.
Por lo tanto, indicó que “para fomentar que los pequeños productores puedan iniciarse en la apicultura, el INTA quería implementar el modelo de Europa, donde se pueden tener hasta tres colmenas en el patio de una casa, y vender miel en poco volumen en el mercado interno”.
En ese sentido, el emprendedor, destacó que “en los Estados Unidos a un apicultor le permiten tener varias colmenas en el patio de su casa, siempre y cuando sean abejas mansas”.
-¿Qué te gustaría lograr a futuro?
-Estoy pensando en mudarme a Canadá, irme un tiempo como empleado y después comenzar a armarme allá como apicultor, porque existen extensas y variadas praderas naturales, donde se logran cosechar hasta 100 kilos de miel por colmena, y como empleado se gana muy bien.
El ABC Rural