eberá atravesar un largo proceso de entrenamiento hasta poder volar con sus propias alas cuando sea liberado en Sierra Pailemán, en Río Negro. Hace poco más de un año se anunciaba la llegada de Yastay, el primer cóndor en cautiverio nacido en Córdoba en el centro de rescate y rehabilitación Tatú Carreta. Recientemente inició un largo proceso hacia la liberación; fue trasladado a la provincia de Buenos Aires para unirse a una bandada de cóndores juveniles y finalmente será liberado en Río Negro.
La Secretaría de Ambiente del Ministerio de Coordinación gestionó los permisos y documentación necesaria para que el animal pudiera continuar su proceso de entrenamiento en Temaikén. Luego personal de Policía Ambiental conjuntamente con representantes del Tatú Carreta lo trasladaron desde la reserva en Casa Grande hasta el Aeropuerto Internacional Ing. Ambrosio Taravella, donde abordó un vuelo de Aerolíneas Argentinas hacia la provincia vecina.
“Estamos muy contentos de haber trasladado hasta el aeropuerto al primer cóndor nacido en cautiverio en Córdoba y colaborar con este programa que lleva adelante el Tatú Carreta, la Universidad Católica de Córdoba y la Fundación Bioandina”, expresó Adrián Rinaudo, director de Policía Ambiental del Ministerio de Coordinación.
Yastay es hijo de una pareja de cóndores que llegó al Tatú Carreta hace un tiempo y que por lesiones sufridas en sus alas, debido a impactos de balas, no podrán volar nunca más. Este cóndor nació luego de 58 días de incubación natural y después de un período de entrenamiento podrá ser libre como lo fueron sus padres.
El proceso de adaptación es largo ya que requiere unos meses hasta que Yastay se acostumbre a la bandada de cóndores juveniles a la que será incorporado, para que luego aprendan a volar y a proveerse de alimentos. Finalizada su estadía en Buenos Aires, la bandada será traslada a Sierra Pailemán, en Río Negro. La liberación de estos cóndores se enmarca en un proyecto que se llama “el regreso del cóndor al mar” porque es una zona donde había cóndores, luego dejó de haber y ahora se está repoblando.
“El proceso es largo pero vale la pena el esfuerzo para que tenga una mejor calidad de vida, porque son animales longevos que pueden llegan a vivir hasta 70 años”, explicó María Ahumada, veterinaria del Tatú Carreta, y agregó: “Estamos convencidos de que es la mejor opción que tiene”.
El cóndor es una figura emblemática para gran parte de América y por ello hay una preocupación en aunar esfuerzos interinstitucionalmente para trabajar por su conservación y bienestar. Yastay era un Dios comechingón tutelar de las aves y protector de los animales del cerro, por ello se decidió bautizar con ese nombre al primer cóndor cordobés nacido en cautiverio.