n Mendoza se cultiva cada vez más, porque donde crece el olivo, crecen los pistachos. Se trata de un producto sabroso, nutritivo y curativo y se lo considera como el fruto seco con mayor proyección en Cuyo, ya que es originario de Asia menor, de zonas desérticas, frías en invierno y cálidas en verano.
Los frutos se desarrollan en racimos apretados como los de las uvas. Su color varía del amarillento al verdoso y se consume de todas las formas en países como Irán, Turquía y Siria, aunque hoy hace furor en Estados Unidos y forma parte de las recetas de muchos chefs argentinos.
En Argentina, la mayor zona de producción es Cuyo y, en Mendoza, crece a pasos agigantados. Ya hay plantaciones en Lavalle, Guaymallén, General Alvear, Las Heras, San Rafael, Tupungato y Luján.
El cultivo requiere de un manejo específico y de una poda especial según la especie, por eso los productores son permanentemente asesorados por el Instituto de Desarrollo Rural, la Asociación de Frutos Secos Mendoza y el INTA.
Según el Registro Único de la Tierra, en 2020 hay 11,5 hectáreas, de las cuales 5 se encuentran en Lavalle, 3,5 en San Rafael y 2,9 en General Alvear, siendo las principales zonas productoras hasta el momento.
Diario San Rafael