a Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), el gremio de la industria láctea, se abstuvo de participar en la reunión convocada por el Ministerio de Trabajo de la Nación con las empresas del sector, dejando abierta la posibilidad de nuevas medidas de fuerza tras el paro de 24 horas. En tanto, el Centro de la Industria Lechera (CIL) indicó en un comunicado que las firmas comenzarán a hacer efectivo lo que ya se acordó y pidió “sensatez” y “buena fe” en las negociaciones.
Ambas partes ya acordaron una mejora salarial del 13,6% –según la industria, 28% con sumas no remunerativas– por la inflación acumulada entre enero y junio pasado, pero se trabaron en una discusión en torno a las prestaciones para la obra social. Son $170 millones los que reclama el sindicato para enfrentar mayores costos por la pandemia de coronavirus. Para la industria, en tanto, el planteo sindical es por $300 millones por un aporte extraordinario que va directo al gremio.
Por el paro realizado por Atilra había temor a que se complicara la recolección de leche en los tambos. Sin embargo, hasta el momento, según tamberos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, no se presentaron inconvenientes, pero alertaron que podría haber problemas de presentarse nuevas protestas del gremio.
Si bien no se presentó al encuentro, Atilra escribió una carta donde alerta sobre posibles nuevas medidas. “Habiendo concluido el plazo conciliatorio sin ningún tipo de respuesta por parte del sector empresario, nos aprestamos a continuar con las actividades sindicales delineadas, en función de la protección del salario y la salud de las trabajadores y los trabajadores de la industria láctea”, expresó el gremio.
Después, el sindicato apuntó a la industria, aunque sin nombrarla. “Lamentablemente, desde algunos sectores reaccionarios todavía no se dimensiona correctamente la importancia de la salud en el trabajo ni se comprende, considera y aprecia el modelo argentino de obra social sindical de corte netamente progresista y eficaz, que pone la salud de los trabajadores al amparo y resguardo de ellos mismos”, añadió.
Por su parte, las empresas del CIL señalaron en un comunicado que, más allá del acuerdo salarial, “accedió incluso a incorporar una contribución extraordinaria a Ospil, obra social de Atilra, por cada trabajador de la industria láctea que revista al presente como afiliado a la misma”.
Según la industria, Atilra rechazó “las propuestas que sobre ese último aspecto fueran formuladas”. No obstante, desde CIL señalaron que “en prueba de la buena fe de esta parte, y priorizando el dar cumplimiento de lo comprometido a los trabajadores”, sus empresas pagarán en los próximos días el esquema de incrementos.
De esta manera, la industria otorgará un incremento del 13,6% aplicado sobre el básico conformado vigente a abril de 2020, retroactivo a julio 2020, más “una suma de naturaleza no remunerativa que será aplicada de forma mensual”, con 4% agosto y septiembre, 8% octubre y noviembre, y 12% en diciembre. “En enero de 2021 se llegará al incremento total del 28% calculado sobre el básico conformado, vigente a abril de 2020”, dijo el CIL.
Por otro lado, la industria desmintió que se hubiera tirado leche. “En relación a expresiones en medios gremiales referidas a que la industria prefirió tirar leche antes que donarla a la población necesitada, queremos aclarar enfáticamente que ninguna de las empresas de la Cámara descartó materia prima y que muchas de ellas participan de distintos proyectos solidarios llevados adelantes por distintas ONGs, que incluso han sido obviamente reforzados en el actual contexto de pandemia”, indicó.