l boom de la coctelería de autor encontró un nuevo nicho donde marcar tendencia. Esta nueva propuesta se basa en la elaboración de cócteles en formato de helados. Alchemy es una heladería porteña no tradicional que además ofrece un servicio premium y sabores exóticos.
Se trata de un espacio gourmet que combina el bar de tragos con base en helados y cafetería. Esta heladería poco tradicional ofrece una experiencia especial a los clientes, desde sus originales y novedosos sabores hasta la elección en la estética de su espacio. “Me interesa que el servicio sea premium y que el cliente sienta que está en un lugar especial. La idea era no ser una heladería convencional; estábamos cansados de que todas las heladerías tuvieran más o menos lo mismo, con alguna mini variante”, cuenta Matías Naccarato, dueño y fundador.
La oferta gastronómica de la heladería consiste en 55 gustos; de ellos, 13 pertenecen a la gama de sabores con alcohol y/o exóticos. Se destacan los helados de cócteles reconocidos como el Moscow Mule, Cynar Julep, Campari Orange, Branca Cola, Piña Colada, Irish Cream, entre otros. Estos sabores se pueden pedir de manera tradicional (1/4 kilogramo) o en una presentación especial con algún shot de la bebida alcohólica base para ir agregándolo al helado.
La gran novedad, dentro de esta iniciativa innovadora, son los sabores raros como roquefort, calabaza, remolacha, berenjena, palta, mousse de zanahoria, wasabi y bacon. Además, Alchemy ofrece productos sin TACC como una opción saludable para sus clientes.
La estética es inusual con respecto a las heladerías tradicionales: las paredes están cubiertas de cobre y de ellas cuelga una tabla periódica retro iluminada donde cada elemento representa un sabor. La presentación de los helados se realiza en vasos de precipitados, probetas y tubos de ensayo.